El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) ha suspendido de forma temporal la aplicación de las primeras medidas que se habían pactado para aliviar la deuda pública de Grecia, después de que el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, anunciara la semana pasada, entre otras cosas, que utilizará parte del superávit para devolver la paga extra a 1,6 millones de pensionistas.

"Tras las recientes propuestas del Gobierno griego de gastar recursos fiscales adicionales a pensiones e IVA, nuestras juntas de gobierno han suspendido temporalmente sus decisiones. Las instituciones (acreedoras) están evaluando el impacto de las decisiones del Gobierno griego", ha informado un portavoz del fondo de rescate europeo.

"Los directores y gobernadores del EFSF Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) y del MEDE analizarán entonces el análisis de las instituciones y decidirán después cómo proceder", han añadido las fuentes.

El MEDE ha tomado esta decisión tras evaluar un informe elaborado por la 'troika' (Comisión Europea, BCE y MEDE), en el que concluyen que las medida anunciadas por Tsipras "parecen no estar en línea" con los acuerdos alcanzados, según ha afirmado en un comunicado el portavoz del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.

"Algunos Estados miembros también piensan de este modo y por tanto no hay unanimidad por ahora para implementar las medidas sobre deuda a corto plazo. Esperaremos a un informe completo de las instituciones en enero", ha añadido.

Los ministros de Finanzas de la eurozona acordaron el pasado lunes las medidas a corto plazo que se adoptarán para reestructurar la deuda pública helena. El propio director gerente del MEDE, Klaus Regling, afirmó que estas primeras medidas se empezarían a aplicar "en las próximas semanas".

Estas medidas a corto plazo son una extensión de los vencimientos de los préstamos a Grecia hasta los 32,5 años (desde los 28 de la actualidad), otorgar más margen a Atenas para devolver parte de los préstamos del segundo rescate y reducir el riesgo de los tipos de interés sin incurrir en costes adicionales para otros países que han sido rescatados.

Según los cálculos del propio fondo de rescates, una vez implementadas todas estas medidas conducirán a una reducción acumulada del ratio de deuda sobre el PIB de Grecia de unos 20 puntos porcentuales en 2060, así como de 5 puntos porcentuales sobre las necesidades brutas de financiación de Atenas.

Las autoridades griegas y los acreedores de Grecia, junto con el FMI, llevan un tiempo negociando para cerrar la segunda revisión del rescate. La institución que dirige Christine Lagarde, que por ahora solo apoya respaldo técnico, decidirá si participa totalmente en el tercer rescate una vez se concluya la segunda revisión y considere que está garantizada la sostenibilidad de la deuda pública griega.