El juzgado de Primera Instancia número 9 de Madrid ha condenado a Bankia y su matriz, BFA, a devolver 6,3 millones de euros más intereses a 660 pequeños inversores que acudieron a la salida a bolsa de la entidad en 2011 al declarar nula la adquisición de las acciones por error en el consentimiento.

La sentencia, notificada hoy a las partes, sostiene que "es evidente" que la imagen ofrecida por Bankia en su folleto informativo "no correspondía con la verdadera situación financiera" del grupo, algo "suficiente para provocar el error en el actor".

Señala como responsable al banco, que aprovechó tanto las campañas publicitarias como la labor de sus comerciales para ofrecerse a los clientes "valiéndose de una imagen de fuerza amparada por la fusión de siete cajas de ahorro, con unas cifras de estabilidad y solvencia que no se correspondían con la realidad, pero que hacían muy atractiva la compra de acciones".

"Es evidente que (...) se presentaba como uno de los grupos financieros más solventes de España y de repente, esa imagen y plena confianza se vio radicalmente transformada a raíz de la reformulación de las cuentas anuales de 2011", añade el fallo, al que ha tenido acceso Efe.

Por todo ello, la magistrada da la razón a los demandantes, representados por José Baltasar Plaza, quienes invirtieron "seguramente aconsejados por los resultados de la entidad financiera que les atendían y en parte por sus propias relaciones comerciales con la entidad".

La condena no es firme, ya que Bankia dispone de 20 días para presentar el correspondiente recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid.

El primer juicio civil colectivo por el debut bursátil de Bankia quedó visto para sentencia el pasado 4 de febrero; durante la sesión, los peritos propuestos por la entidad señalaron que el Banco de España, que "vivía en Bankia", supervisaba sus cuentas, y recordaron que aunque las correspondientes al ejercicio 2011 fueron reformuladas, eso no afectaba a las del primer trimestre, que fueron las que se tuvieron en cuenta para redactar el folleto de la oferta.

Asimismo, aseguraron que la posterior reformulación de las cuentas obedeció al empeoramiento del contexto económico, algo que no pudo prever ni el Banco de España, ni el Ministerio de Economía ni el Fondo Monetario Internacional, por lo que en julio de 2011, cuando se produjo la salida a bolsa, las cuentas sí reflejaban la imagen real de Bankia