La 'nueva Merlín', la compañía que surgirá de la fusión de la actual Merlín con Metrovacesa y que nace como primer grupo inmobiliario español, será "una máquina de repartir dividendos".

Así lo aseguró el presidente de Merlín, que será consejero delegado de la compañía resultante, Ismael Clemente, en su intervención ante la junta extraordinaria de accionistas que aprobó la integración.

"El gran público aún no entiende a la compañía que constituimos, y quizá tardará aún un tiempo en hacerlo, pero esta empresa es, ante todo, una máquina de distribuir dividendos", aseveró Clemente.

El primer ejecutivo del grupo asegura que la caja de la empresa y el potencial de revalorización y mejora de gestión de su cartera de inmuebles hacen que la 'nueva Merlín' "mantenga intacto, sino creciente', su pontencial de reparto de dividendos".

Además, la compañía resultante prevé anunciar al comienzo de cada ejercicio el importe que prevé repartir ese año entre sus socios como dividendo.

Santander será el primer accionista de la compañía resultante de la fusión de Merlín y Metrovacesa, dado el porcentaje de control que tiene en esta inmobioliaria y el hecho de que la unión se materializa mediante un canje de edificios por acciones. BBVA contará con un 6,4% de la nueva empresa y el Banco Popular, otro 2,8%.

La fusión, que culminará a finales del próximo mes de octubre, dará lugar a una compañía patrimonialista cotizada en el Ibex 35, que mantendrá la denominación de Merlín.

El nuevo 'gigante' inmobiliario gestionará una cartera de edificios de oficinas, centros comerciales y centros logísticos en renta de más de tres millones de metros cuadros de superficie, valorada en 9.317 millones de euros y que genera ingresos por alquileres de 450 millones al año.

Entre estos activos figuran algunos edificios "irrepetibles", tal como señala Clemente, entre los que figura la Torre Madrid de la capital, una de las cuatro Torres del Norte de la ciudad.