La Comisión Europea afirmó hoy que España se ha quedado "muy por debajo" de los ajustes estructurales que tenía que haber hecho para corregir el déficit este ejercicio, entre otras cosas por haber bajado los impuestos el año pasado, y sostuvo que tampoco logrará corregir el desvío en 2017.

"La relajación de la política fiscal en 2015 tuvo un gran impacto en el resultado" del desvío registrado, indicó la CE en su decisión remitida al Consejo de la UE, en la que determina que España -y también Portugal- "no ha tomado medidas eficaces" para corregir el déficit y en la que adelanta que "propondrá más adelante una nueva senda de ajuste" para solucionar el problema.

El déficit de España alcanzó en 2014 el 5,9 % del PIB y en 2015 el 5,1 %, si se incluye en ambos casos la ayuda financiera a la banca, lejos del 5,8 % y del 4,2 %, respectivamente, exigido, y así se alejó definitivamente de la meta de bajarlo al 2,8 % en 2016.

El esfuerzo que ha hecho España entre 2013 y 2015 se estima en el 0,6 % del PIB, "muy por debajo del 2,7 % recomendado" por sus socios comunitarios, indica la CE.

La Comisión sostiene que las medidas de consolidación, por ejemplo en el marco de las reformas de la administración pública y del sistema de pensiones, "fueron insuficientes para compensar el impacto de algunas medidas expansivas implementadas en 2015, tales como la rebaja del IRPF y del impuesto de sociedades y la devolución parcial de la paga extra de Navidad" de 2012 a los funcionarios.

También apunta a "la tendencia alcista en el gasto vinculado al envejecimiento de la población".

Uno de los argumentos expuestos por el presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, y de su ministro de Economía, Luis de Guindos, para explicar el desvío era el impacto de la baja inflación, menor de lo que la CE había establecido inicialmente.

La Comisión reconoció que ello "hizo más difícil alcanzar los objetivos fiscales", pero a la vez afirmó que el impacto de la inflación baja o incluso negativa "fue ampliamente compensado por un crecimiento más elevado de los esperado del PIB real".

Además, explicó, una "creación rápida de empleos", entre otras cosas, "benefició la reducción del déficit".

También indicó que España no aprovechó los "vientos a favor", especialmente en 2015, para acelerar la reducción del déficit.

"En su lugar se relajó la política fiscal, en particular a través de la reforma fiscal y un crecimiento dinámico del gasto", recalcó.

Igualmente consideró que los instrumentos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para prevenir y corregir desvíos "podrían haber sido aplicados mejor" durante 2014 y 2015.

Por otra parte, en el documento de trabajo que incluye el análisis de los servicios de la CE para fundamentar su decisión, el Ejecutivo comunitario mencionó una previsión actual sobre la evolución del balance presupuestario.

En ese cuadro sostuvo que el déficit español se situará en 2016 en el 3,9 % del PIB y en el 2017 en el 3,1 %, con lo cual tampoco cree que España pueda corregir el desvío el año próximo.