La caída del precio del petróleo, la evolución de la economía global y los retos del sistema financiero están centrando los debates del Foro Económico Mundial, con intervenciones este jueves del Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, entre otros.

El espectacular descenso de los precios del crudo, que ha perdido casi dos tercios de su valor desde mediados del pasado año, preocupa a los líderes políticos y económicos que asisten al Foro de Davos.

En un debate sobre las nuevas necesidades energéticas, el presidente de la petrolera estatal Saudi Arabian Oil (Saudi Aramco), Jalid al Falih, estimó ayer que los precios del hidrocarburo comenzarán a subir previsiblemente este año, tras los espectaculares descensos que ha experimentado.

Arabia Saudí es el país que dentro de la OPEP ha liderado la estrategia de bombear crudo por encima de la demanda para hundir los precios y expulsar del mercado a sus competidores.

Desde mediados del año pasado los precios del crudo han evolucionado a la baja desde esos 100 dólares por barril y en la actualidad ronda los 30 dólares.

El presidente de Saudi Aramco insistió en que el precio del crudo comenzará a recuperarse este mismo año, porque es evidente que "ha tocado suelo".

Otro de los asuntos abordados fue la evolución de la economía mundial y las medidas a adoptar para impulsarla en 2016, después de que en el último ejercicio el crecimiento económico global no excediera del 3 % y de que para este año se esperen cifras similares.

Críticas a la austeridad

En el debate sobre esa cuestión, el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, reiteró sus críticas a las políticas de austeridad aplicadas en Europa y, en menor medida, en Estados Unidos, que consideró han debilitado las economías nacionales y han perjudicado el crecimiento, al tiempo que han ensanchado la brecha de desigualdad.

Para reducir esa brecha, Stiglitz apuntó a que las grandes corporaciones paguen los impuestos que les corresponde porque señaló que de ello es de donde los estados pueden sacar los recursos para mejorar el bienestar de la población.

En otro de los foros, dedicado al alcance del papel del Estado y de los organismos reguladores en la economía, participó el presidente del Eurogrupo y ministro holandés de Finanzas, Jeroen Djisselbloem, junto al consejero delegado del fondo de inversión estadounidense Blackstone, Stephen Schwarzman.

Schwarzman ha criticado a los reguladores bancarios, que consideró que "fallaron antes de la crisis financiera de 2008", pero después ahogaron la recuperación de las entidades cuando la crisis ya había concluido.

Djisselbloem, por su parte, ha negado que ahora se pueda hablar de una "sobrerregulación" de los bancos y ha recordado que existe una diferencia entre los bancos y el resto de las empresas de capital privado. Subrayó que cuando éstas últimas sufren pérdidas "está muy claro quién paga": los partícipes o accionistas.

Sin embargo, señaló, que en el caso de los bancos, en los peores momentos de la crisis y para evitar la caída de algunas entidades y que el daño fuera mayor, los Estados se vieron obligados a intervenir, y parte de ese coste alcanzó a los contribuyentes.