Los manifestantes mostraron su total disconformidad con la deslocalización, puesto que la consideran "una decisión estratégica" de la compañía nipona que "responde a un plan premeditado y no se puede justificar por el nivel de beneficios obtenidos en los últimos años".

Representantes de los sindicatos aseguraron que la deslocalización no sólo afecta a los trabajadores de la planta sino que supone "un claro golpe" a la economía del Vallés Occidental, el Barcelonés y el Baix Llobregat.

El miembro del sindicato de Comisiones Obreras (CC OO), José Manuel Cabrera, aseguró que con la manifestación los trabajadores pretenden "que la Administración intervenga de una vez contra la deslocalización de las multinacionales en Cataluña", y anunció nuevas manifestaciones en Barcelona y Madrid.