La economía moderó su caída trimestral al 0,3% entre julio y septiembre -la menor desde que comenzó la recesión- gracias al menor deterioro que en este periodo registraron tanto el consumo como la inversión. Pese a ello, no se evitó la pérdida de un 7,2% del empleo en un año, con 1.360.000 puestos de trabajo menos. Así lo señala el Instituto Nacional de Estadística, que confirma que la caída interanual de la economía fue del 4%.

"El ajuste continúa cuando todo apunta a una 'mejora' en los próximos meses. Pero sigo pensando que el final de la recesión no es el final de la crisis económica", dice José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

La demanda interna ha seguido restando al crecimiento, aunque menos (6,5 puntos frente a los 7,4 del segundo trimestre), porque el consumo ha aminorado su caída gracias a una "percepción de la economía menos negativa por parte de las familias" y también ha retrocedido menos la inversión.

El gasto en consumo final de los hogares reduce nueve décimas su crecimiento negativo, pasando del -6,0% al -5,1%. Mientras, la inversión siguió retrocediendo de forma intensa, el 16,2%, aunque también esta caída fue menor que la del segundo trimestre, del 17,2%.

La demanda externa sigue siendo la que da una aportación positiva al crecimiento, que en el tercer trimestre fue de 2,5 puntos (frente a los 3,2 puntos del segundo).

Tanto las importaciones como las exportaciones bajaron menos en el tercer trimestre.