Atrezo sacaba el pasado 20 de abril su primer elepé, La cuenta atrás, tras diez años de carrera. La banda murciana, liderada por José Fructuoso y David Pina, lanzaba en marzo el single adelanto, y en tan solo unos días, gracias al feedback incesante de sus seguidores, posicionaban la canción al nivel de campañas de promoción de artistas reconocidos. Han logrado el sueño dorado de toda banda: conectar con la sensibilidad de un sector de la población y hacerles sentir que todas sus canciones, alegres, despreocupadas, hablan de ellos, sobre el amor y sus efectos secundarios.

Atrezo destacan por los recursos de su vocalista y la riqueza de los arreglos. Saben hacer canciones catárticas, que se van haciendo grandes día a día. Con influencias reconocidas del pop nacional e internacional como Amaral, Leiva, Funambulista, Morat o Ed Sheeran, se intuye que tendrán un éxito arrollador a poco que asomen por alguna televisión. Por lo pronto, hoy presentan La cuenta atrás en el Romea, con gran parte del aforo ya vendido y el madrinazgo de la cantante y compositora venezolana Georgina.

¿Qué trae La cuenta atrás?

Viene con la determinación de quien quiere crecer. Para nosotros este disco marca un antes y un después. En su idea original, buscábamos mantener la esencia que siempre nos ha caracterizado, pero sin dejar de dar pasos al frente. En él hay de todo, desde el pop que te hará saltar de la silla, pasando por canciones con mucho mensaje, hasta una balada de piano y voz. Refleja todo lo que somos y queremos ser.

¿Cómo ha sido recibido este primer álbum de Atrezo?

Increíble, no existe otra palabra que lo defina mejor. Desde las redes sociales nos llegan multitud de mensajes; hay gente realizando covers o madres e hijas cantando las canciones juntas. Un dato curioso: hemos crecido muchísimo en oyentes en ciudades que ni siquiera hemos visitado, como Barcelona y Valencia.

¿Es el título una declaración de intenciones? ¿Está hecho este disco desde y para la diversión?

Por supuesto, no concebimos la música de otra forma. La cuenta atrás es emoción, y deseamos de todo corazón a quien lo escuche o venga a conciertos como el del Teatro Romea que le sirva para darle un poquito más de color a la vida.

Ya pudimos escuchar un adelanto de este trabajo con el single que da título al disco, que superó las 25.000 visitas en tan sólo unos días. ¿Cómo lo interpretáis? ¿Aceleró en alguna medida vuestras ansias de sacar el disco?

Mentiríamos si dijéramos que no deseábamos sacarlo desde el minuto cero. A los amigos y familiares los raptábamos y les poníamos trocitos de los temas en el coche para recoger opiniones. Nos costó aguantar, pero ha merecido la pena; cada canción necesita su tiempo.

¿Cómo ha sido el proceso hasta desembocar en este disco?

La verdad es que el proceso se remonta a mucho antes. Este disco estaba en nuestra mente incluso antes de lanzar nuestro primer epé, Mírame. Por entonces queríamos hacer un trabajo que nos ayudara a seguir creciendo, musical y personalmente, hasta el punto de sentirnos capacitados de lanzar un disco del que nos sintiéramos realmente orgullosos. Desde entonces todo se puede resumir en trabajo constante y dejarse asesorar. Creemos que es la clave: aprender de los que saben y están dispuestos a ayudarte, para conseguir que se sientan orgullosos de tu esfuerzo.

¿Es obligatorio que una canción de Atrezo venga cargada de color para que pase el filtro definitivo y se incorpore al repertorio?

Es una gran pregunta. Todo es color, incluso los grises. Cada canción debe tener el suyo, único y personal. En nuestro repertorio hay colores cálidos, que inspiran alegría y buen rollo, pero también los hay fríos, que hablan desde sentimientos profundos y dolorosos. Quizá también tengamos algún gris.

Atrezo son David Pina y José Fructuoso, pero tenéis una banda estable para vuestros directos.

Totalmente. Además, presumimos de ella por todas partes, y nos quedan muchas historias que vivir. Juan Tae (El niño de Mula), al bajo, es el veterano. A él le habréis podido ver en proyectos como Varry Brava, Ropero o Dúo Orquesta Regalices. A la guitarra viene nuestro Fredy Cantos, que ha sido músico de JL Manzanero, Proyectó Jass o Jamones con Tacones. Y, por último, la incorporación de este año, Pablo de Torres al piano, director de Belters Souls, que ha sido músico de Muerdo o Aire Canadá. En definitiva, un equipazo.

¿Cómo ha cambiado Atrezo a lo largo de estos diez años?

Quizá podamos resumirlo en la eterna búsqueda de la profesionalidad. Empezamos, como la mayoría, tocando por hacer ruido y divertirnos. Conforme pasa el tiempo conoces a más y más compañeros que tienen un talento enorme, que no paran de trabajar y que eso les abre las puertas a experiencias increíbles. Entonces, empezamos haciendo algo que musicalmente difiere muchísimo de lo que es hoy por hoy Atrezo, pero el espíritu es el mismo.

¿Ha habido muchas dificultades? ¿cómo las habéis sorteado?

Ha habido de todo. Hemos tenido tres bandas, hemos sido seis, cinco, cuatro y tres integrantes; hemos hecho conciertos para cero personas y para 12.000; hemos tenido crisis de composición y hemos realizado el mejor disco de nuestra carrera. Son diez años donde hemos rozado todas las polaridades. Las dificultades han sido muchas, pero la música tiene eso: un día tienes la suerte de vivir un concierto increíble y hace que todo merezca la pena; eso da siempre fuerzas para seguir.

¿La edad nos hace más lúcidos o, en todo caso, más estoicos?

En nuestro caso, estoicos. Hemos aprendido a encajarlas todas y salir con una sonrisa. Sabemos que, pase lo que pase, este es nuestro camino y si no es hoy, lo será mañana. La lucidez de Atrezo la aporta nuestro equipo, el que está detrás del escenario. Sin ellos no queremos ni pensar donde estaríamos hoy.

¿Estamos ante nueva etapa?

Por supuesto. Lo que hemos preparado para el concierto del Teatro Romea no lo hemos hecho nunca. Las canciones, el show o la puesta en escena, todo persigue ese objetivo. Atrezo ha vuelto para quedarse.

¿El proceso de composición para este disco ha sido bastante largo?

Sí. El año pasado por estas fechas ya existían temas como Revolución. Lo grabamos con mucha tranquilidad y en varias fases. Se compusieron infinidad de canciones, se arreglaron otras, se tiraron, cambiaron y mejoraron. Ahora parece que ha sido todo muy rápido, pero la verdad que hemos ido sin prisa, pero sin pausa.

¿Qué teníais en mente cuando empezasteis a componer las canciones del nuevo disco? ¿Partisteis de alguna premisa?

De una muy importante que a veces se olvida por el camino: que nos sintiéramos identificados con todas las canciones y que estuviésemos orgullosos de su resultado final de composición. A veces el tiempo apremia y pasas por alto ese detalle, y luego en el directo te das cuenta de que no has puesto todo lo que tenías que poner en esa canción. En este caso, lo hemos conseguido, y estamos totalmente felices con cada uno de los temas, su mensaje y su emoción.

¿Qué importancia tienen las letras dentro de Atrezo? ¿Hay mensajes que queráis transmitir a través de ellas, o sois solo storytellers ?

Le damos mucha importancia. En algunas ocasiones hemos dejado canciones fuera solo porque el mensaje final no era del todo lo que buscábamos. Nos gusta hablar de sentimientos, nos gusta hablar de emociones... Si una canción es realidad pura en el directo, eso se puede notar, porque se nos ve descargar toda la tensión del tema.

¿Hay algo que se pudiese definir como la esencia de estas canciones, su materia prima básica?

La esencia principal es que vivamos esa canción, como te comentábamos anteriormente. Para nosotros es muy importante que podamos cerrar los ojos y meternos dentro de ese mundo, dentro de su mundo. Es una especie de terapia con la que sueltas todas aquellas cosas que tienes que decir, una especie de liberación. Es una sensación muy placentera. Aunque a veces algunas canciones puedan doler, al terminarlas vuelves a renovarte y sigues teniendo ganas de mucho más.

¿Dónde os situáis estilísticamente hablando? ¿Cuáles son vuestras coordenadas sonoras?

El pop es el comodín, el terreno donde todo vale, pero para nosotros quizá sea el que mas nos identifica. Escuchamos pop, vamos a conciertos pop y nos lo pasamos bien haciendo canciones pop.

Durante todo este tiempo habéis mantenido ocupada a vuestra audiencia con múltiples ocurrencias: singles, videoclips..., de forma intermitente, pero constante ¿cuál es el plan a partir de ahora?

La verdad que después del Teatro Romea llega la calma. Vamos a ver con perspectiva el camino y los siguientes pasos a dar. Queremos ver la acogida que tiene el directo. Además, como se va a grabar, esperamos que vengan muchas cosas a partir de ese día.

¿Vais a seguir con la autogestión, o pediréis ayuda?

Estamos en un punto en el que la autogestión cada vez es más difícil. Todo nuestro equipo, desde los músicos, pasando por producción, técnicos, backliner o puesto de merchand, son personas con las que conectamos personalmente. Eso siempre nos ha caracterizado. Estamos deseando que sume esa figura -llamémosla mánager- que nos permita crecer a otro nivel.

¿Hay nuevas canciones en el horizonte? ¿Estáis tocando algún material nuevo en estos conciertos?

Las hay. Estamos trabajando en canciones que puede que vean la luz en siguientes discos (o no). La composición es así, nunca se para. En el directo saldremos con este nuevo trabajo y rescataremos algunos temas que no pueden faltar. De momento, no hay sorpresas, pero todo puede pasar en el Romea.

¿Qué supone para vosotros tocar en el Teatro Romea?¿Georgina hace de madrina para esa noche?

El Romea es un sueño cumplido. Es el sitio donde, desde que empiezas en Murcia, siempre has querido ir a tocar. El Romea tiene su propia alma. Todo allí se vive diferente. Es el marco perfecto para lanzar el disco. Además, la compañía de Georgina hace que la noche sea un 10.

¿Qué tenéis preparado para esta presentación a lo grande en el Romea? ¿Habrá sorpresas?

Pues sobre todo canciones; las canciones que se pueden escuchar en el disco trasformadas a nuestro directo personal. Y en nuestros conciertos siempre intentamos dejar hueco para la sorpresa. La improvisación debe ser parte del show, y cuando interactúas con el público, todo puede pasar.