Cuando los veteranos y reconocidos empresarios vitivinícolas Agapito Rico (Bodega El Sequé) y Juan Vicente García (Casa de la Ermita y Hacienda del Carche) hacían las obras de reforma en una de sus bodegas descubrieron, en uno de los arcos de ladrillo, la inscripción de su fecha de construcción: 1918, por lo que tuvieron claro desde el principio cual sería el nombre de su nuevo restaurante: Cien.

Desde el pasado 21 de diciembre, la centenaria bodega jumillana, situada a los pies de la Sierra del Carche, se ha convertido en un espectacular restaurante donde nos ofrecen unos magníficos arroces elaborados con brasas de sarmientos y donde el vino de Jumilla es el gran protagonista.

El espectacular espacio de más de 400 metros cuadrados, con capacidad para atender a más de 70 comensales, bien podría ser una sala más del nuevo Museo del Vino de Jumilla que abrirá sus puertas este próximo verano. Cuando accedemos al local nos reciben dos arcos de ladrillo de la antigua bodega que separan las dos zonas principales del comedor, en cuyo centro encontramos una pequeña barra semicircular donde tomarnos un aperitivos con las cervezas jumillanas artesanas Jakka, mientras esperamos para sentarnos a comer.

Un gran horno de brasas con chimenea ocupa el espacio principal de salón donde el chef argentino Marcelo Castro -con doce años de experiencia en Casa Elías de Chinorlet, una pedanía de Monóvar- elabora, a la vista de los comensales, unos espectaculares arroces, con brasas de sarmiento.

Cuentan con un altillo que pueden utilizar como comedor reservado y cuya barandilla está construida con varetas de maderas de barriles. Fotografías históricas sobre el vino de Jumilla completan la decoración del local.

El equipo que ayuda al chef Marcelo Castro son Marta González, María Miñano, Natividad Mollo y Ernesto Osorio.

Seis grifos de vinos

Pero, sin duda, lo que más nos llamará la atención del restaurante Cien son los seis grifos de vinos elaborados por Juan Vicente y procedentes de seis depósitos refrigerados en el piso superior, desde donde nos podremos servir nosotros mismos nuestra copa o rellenar nuestras propias botellas de vino Cien, a las que podemos incluso incorporarle el corcho con un mecanismo de palanca.

Sólo ofrecen servicios de comidas desde la una del mediodía y hasta las cinco de la tarde, y cuentan con su ´Menú Cien´ que, por 43 euros -bebida incluída- ofrece, para comenzar: almendras y su especialísimo paté de morcilla jumillana y su manteca, con compota de manzana. Los entrantes constan de coca de anchoas y aceite de aceitunas negras, ensaladilla de merluza y ensalada de perdiz. El plato principal es un arroz a elegir de conejo y caracoles o de verduras y secreto ibérico, para concluir en el postre con un delicioso crepe de dulce de leche y helado de vainilla. El menú incluye una botella de vino, agua y café.

Si preferimos elegir nuestro propio menú, su carta incluye otros entrantes como alcachofas con foie, coca de pulpo, jamón ibérico de bellota o tortilla de bacalao, y, como platos fuertes, además de los arroces, conejo al ajillo, conejo frito con tomate, conejo en escabeche, chuletón a la brasa de cepas o gazpacho jumillano al sarmiento. También preparan otros postres como su sorbete de limón, su arroz con leche o sus suspiros con chocolate.

Además de vinos jumillanos su extensa bodega incluye caldos exclusivos de más de sesenta referencias de todos los tipos de vinos y espumosos, españoles, franceses, italianos y alemanes.