Hoy dan comienzo las vacaciones pa- ra miles de niños en toda la región, y lo hacemos por todo lo alto, de la mano del concepto expositivo que se engloba en el trabajo prodigioso y sin descanso que a lo largo de los años nos ha ido regalando una pareja de creadores a nivel internacional afincados en Totana. Y es que la Sala Alta del Real Casino de Murcia acoge en este inicio de la primavera la última muestra de Muher, que nos deleita como siempre con la exaltación del color que les caracteriza con la exposición De flor en flor.

Les sigo desde hace muchos años, desde el primer momento en el que mis ojos se toparon con la viveza de sus azules y de toda esa gama cromática en la que te zambulles cuando te expones a una de sus creaciones. En 2007 fueron los creadores del Cartel del Entierro de la Sardina, siendo una de las obras con las que más me he sentido identificada en cuanto a la cartelería de nuestras fiestas.

Son peculiares porque son multidisciplinares, y no sólo juegan con el trazo que se establece sobre el lienzo, sino que construyen más allá de la propia obra pictórica, se adentran en espacios como el diseño y la construcción en ese mundo infinito de la arquitectura. El punto de mira hace que diseñen espacios abiertos llenos de luz, en los que la naturaleza pasa a ser parte de sus creaciones, jugando con la luminosidad, con atmósferas en las que el blanco predomina como punto de encuentro.

Nos atendió Francisca Muñoz, que junto a Manuel Herrera conforman Muher. Desprende su mirada una elegancia natural, exquisita siempre en el trato, atenta y cercana con el público que se acerca a contemplar su obra. En esta ocasión, una vez más consiguen inundar la estancia de ese perfume que dan las flores en primavera, y por un momento, nos envuelven los sentidos del olfato y de la vista.

Nos cuenta que tienen la suerte de poder crear en un espacio mágico en Totana, en una ubicación llena de huerta y de palmeras que recrea toda la naturaleza propia del Mediterráneo. Por eso, cuando ves sus cuadros es como si fueras de la mano a ese entorno privilegiado en el que viven y sueñan los artistas.

Sus exposiciones han viajado a lo largo de los cinco continentes, parando esta primavera en 'casa' con ese perfume pictórico y floral como una alegoría a la primavera murciana y mediterránea, por lo que recomendamos especialmente en este inicio de las vacaciones escolares un paseo por el arte en lo que se refiere al proceso expositivo, como toma de contacto para los niños con entornos culturales y referenciales de la ciudad de Murcia. De hecho, junto al Instituto Cascales, en la misma acera, al lado del Martillo del Palacio Episcopal, hay unas palmeras con iluminación en su interior que son obra de Muher y nos pueden servir como referencia posterior para explicar el nexo entre los autores y la ciudad.

Además, podemos aprovechar la visita para hablarles del Real Casino, un punto de reunión de la sociedad murciana, pero abierto la mayor parte del tiempo a la cultura. Se trata de un edificio catalogado como monumento de interés cultural en el que confluyen estilos arquitectónicos de dos siglos XIX y XX; un lugar de visita obligada para guías de turismo y ofertas culturales de diversa índole.

A pesar de ser un edifico que alberga la sede de un club privado, las visitas están abiertas al público con un precio de tres euros para estudiantes, jubilados y parados, y de cinco la entrada general; no obstante, la entrada a las salas de exposiciones es totalmente gratuita.

Os recomiendo aprovechar la visita para merendar en una de las cafeterías cercanas, Drexco, por ejemplo, donde puedes degustar unos excelentes bizcochos con café con leche o chocolate caliente. Tras la merienda no hay mejor lugar para seguir el paseo que por la zona de Santo Domingo. Y es que pasear es una de las mejores opciones en estas fiestas para descubrir nuestra ciudad de la mano de los más pequeños.

Bordear el entorno de la catedral, ir sin prisas, y deleitarse con estos pequeños regalos que nos ofrecen las salas de exposiciones, como pequeñas cajas de música que abrimos a los sentidos, los de la eterna primavera que siempre podremos abrir allá donde queramos, cerrar los ojos y envolvernos de ese eterno perfume del que hace gala la tierra en la que vivimos. Pon ruta esta semana al color y a la luz, sube las escaleras del Real Casino de Murcia y adéntrate en ese abanico embriagador, el perfume del color en primavera, que este año empieza con Muher.