Después de casi once años, Mercromina se disolvió, y Sánchez, junto a Carlos Flan y la ayuda inestimable de José Manuel Mora y un montón de amigos, desarrolló el proyecto Gonzo, más tocado y disfrutado que grabado, y con una vida corta. Ahora, Sánchez ha vuelto a replantear su trayectoria, y lo ha hecho en solitario y bajo el seudónimo de Honky Tonky Sánchez, con un montón de canciones encontradas en miles de noches que pasó en sitios hostiles.

Como bien indica el periodista y músico Javier Crudo en referencia a Sánchez, «este hijo bastardo de Waits, Dylan y Cohen es un trovador de los demonios anteriores y de las almas en pena, y su música, un western manchego. Si su segundo disco emociona tanto -continúa- es porque todo lo que cuenta, Honky lo ha vivido y se lo ha bebido. Y ha resucitado (de milagro) para contarlo».

Bajo la etiqueta navaja sound, fecundo linaje nacido de los albaceteños Surfin' Bichos, el madrileño -que ahora reside en la ciudad manchega- sigue protagonizando felices emancipaciones, y esta noche le toca seguir con ello en La Yesería y dentro de la programación del festival Microsonidos.