Crash pad (coloquial): Lugar donde dormir. Paco Román ha dormido en muchos crash pads en los últimos años. Ha vivido una vida errante, pero un día se instaló a las afueras de Granada, en una casa con un limonero que recuerda a aquella película de Víctor Erice, El sol del membrillo. Luego montó un estudio de grabación y la consecuencia lógica de este periplo llega este viernes a las tiendas.

Las canciones de Crashpad han recorrido mucho camino. Comenzaron siendo grabaciones en un iPhone, compuestas entre concierto y concierto. La idea era hacer el disco que quería, sin limites. No queda nada de aquel músico de hace unos años, tensionado por el estrés de las giras, las inseguridades creativas y el éxito sobrevenido.

La gira oficial de Crashpad comenzará el 5 de octubre en la sala Joy Eslava de Madrid, pero el lunes Neuman estarán en la FNAC de Nueva Condomina firmando ejemplares y presentando en acústico el que es su cuarto trabajo discográfico.

Semana de estreno. Supongo que habrá nervios, como siempre a la hora de que salga un disco.

Sí. Quizás con este disco un poco más, porque se ha alargado un poquitín. Hemos tenido etapas que hacíamos un disco cada año, pero la gira de If se alargó tanto -por suerte- que al final este disco se ha retrasado bastante. Pero, vamos, lo doy por bueno por lo que está pasando ya un poco a priori antes de que salga el disco. Las sensaciones que estaba creando, los adelantos€ Y yo siempre pongo mucha ilusión, mucha emoción. Muy guay, la verdad.

Me decías que no habías tenido una temporada de dedicarte solo a componer. ¿Cómo lo resolviste?

No sé si fue algo inconsciente, pero iba grabando bocetos conforme iban saliendo.

¿Con el móvil?

Sí, es lo que tienes más a mano. Estás en una prueba de sonido o en algún sitio, se te ocurre de repente algo, y lo grabas. De hecho, Boy star la hice yendo a Murcia a tu aniversario de Música de Contrabando. En el trayecto de Granada a Murcia se me ocurrió la melodía y la grabé.

Me decías en una conversación anterior que querías hacer un disco más luminoso, que volviera a los inicios. ¿Para eso has necesitado grabarlo tú mismo y montarte incluso un estudio en casa?

Ha sido muy costoso en todos los sentidos, porque poner un estudio en marcha es muy complicado, pero tenía la opción y€ me compliqué la vida; como siempre he hecho en cada disco. Y aquí me la compliqué aún más porque podría haberme ido fuera. Carlos Subterfuge me dijo: «Paco, si quieres irte a Chicago, si quieres irte a Los Ángeles€ Grábalo donde te dé la gana». Pero le dije que no, que este disco quería hacerlo en casa. No quería viajar más, no tenía más ganas de estar en hoteles ni leches. Hacerlo en casa, ¿sabes? Como el último, que lo grabé con Paco Loco ahí en su casa; pues igual, porque no hay mejor sitio que tu casa.

En zapatillas.

Y si te entran ganas de mear vas a tu cuarto de baño. Tu almohada, tu cama€ Todas esas cosas influyen positivamente en el disco. Entonces al principio poner en marcha el estudio fue complicado, y asumir toda la responsabilidad, pero ha merecido la pena. El primer disco de Neuman lo grabé, produje y edité yo, y era la hora de volver a ese inicio por muchas cosas, sobre todo porque al final gana en sensibilidad.

La emoción sigue intacta. ¿Se podría decir que es un disco 100% Neuman, aunque no se parezca a nada que hayas hecho antes?

Sí, así es y así lo definen; realmente me encanta cuando lo dicen, así que te lo agradezco. Es un disco que define a Neuman totalmente, y es distinto. Eso es algo que si lo analizas un poco es bastante bonito: habla mucho de la personalidad del grupo, de la evolución que ha ido teniendo y de cómo se ha ido consolidando cada vez más en su sonido y en su forma de transmitir.

Desde luego el total, no entra en un vinilo. ¿Te lo has planteado como un disco sin límites?

Fue una sorpresa. Lo grabamos en cinta canción por canción; no hice todas las baterías o todos los bajos seguidos, como se suelen grabar los discos. Entonces, claro, grababa una canción entera y luego empezaba de cero para grabar la siguiente. El día antes hacíamos el ensayo de la canción, ensayábamos una hora o dos -tampoco nos matábamos- y si en ese momento nos pedía la canción que durara más o durara menos, no nos lo planteábamos. Cuando terminamos ya de grabarlo todo y empezamos con las mezclas y el digital fue cuando vimos que el disco duraba 50 y pico minutos, y dijimos: «Madre mía, esto no es un vinilo».

«Qué va a decir Carlos ahora...»

Claro, y entonces Carlos dijo: «Cagüen€», lo típico. «¡Pues nada, un doble vinilo!». Por suerte es Subter, Carlos€ Al final nos hemos hecho una gran familia.

En ese aspecto de no poneros límites, Dizzy por ejemplo es una canción que está por los ocho minutos, lo que no ha impedido que fuese escogida como single. No sé qué pensarán en algunas radios sobre un single de tanta duración...

Aquí me he puesto yo una medalla, porque dije: «Vamos a ver, si la canción dura ocho minutos, dura ocho minutos». Por suerte, la canción tiene un silencio para dar un cambio a otra parte de la canción; no se hizo aposta ni muchísimo menos, pero salió así. Entonces, si en la radio quieren cortar por ahí, que corten. En vez de durar ocho, duraría cuatro aproximadamente.

Lo del radio edit es bastante coactivo. Una canción debería ser como la concibe el artista...

Claro. Luego es verdad que la radio tiene ese punto de industria en el que, como en los videoclips, no se puede sobrepasar un tiempo; hasta que salió Michael Jackson con Thriller y rompió los moldes. Era un valiente también, pero él lo podía hacer; Neuman no es Michael Jackson. Entonces, si te la ponen entera, pues guay. ¿Qué no? Pues no pasa nada, pero no he querido condicionar un single.

¿Se acabaron las tensiones de la vida errante? ¿Cuál es tu estado de ánimo en la actualidad?

Todo este tiempo ha servido para ordenar muchas cosas que había que ordenar; y, en medio de la vorágine, retomarlo todo de una manera más hogareña, más tranquila. Fue muy necesario el pequeño parón que se hizo en medio de la gira de If, que aproveché para venirme a vivir a Granada, con el proyecto del estudio en casa. En la época de If yo pensaba que vivía en Murcia, pero estaba en Madrid o iba para arriba y abajo. Ahora se han arreglado muchas cosas y va todo perfectamente.

El título de Chrashpad viene de ese período de vida errante.

Sin duda. A ver, las canciones se han compuesto en crashpad, pero luego el título del disco no responde al momento presente, y, como ha nacido de esa vida errante, para mi tenía sentido que ese fuera el título.

¿Había un concepto definido en este álbum, o ha ido surgiendo?

El concepto sobre todo era más luminosidad. Emoción y tranquilidad; ese era el concepto principal. Luego, artísticamente, el sonido del grupo ha sido muy arriesgado, porque cuando pones un estudio en marcha no sabes cómo va a sonar, porque tampoco es un estudio al uso. Por ejemplo, la sala de control está llena de luz, tiene un ventanal detrás gigante porque creo que es fundamental que cuando estás mezclando te entre la luz de la calle. Lo mismo habría salido igual de luminoso si lo hubiera hecho con Paco Loco, como hice el disco anterior, pero el hecho de plantearte hacerlo por ti mismo le da mucha emoción.

¿En qué coordenadas musicales se mueve Neuman en la actualidad?

Este disco es menos ruidoso a veces; pero también es verdad que es más ruidoso cuando tiene que serlo. Yo creo que sigue un poco la línea de discos anteriores, pero quizás se ha suavizado un poco en cuanto a las guitarras -hay canciones como Dizzy, Stones o Gibberish que, a nivel de guitarras, son menos escandalosas-. Creo que nos movemos entre el pop, el rock y la experimentación...

Otra canción, Quiet, se la dedicas tu madre, y la cantas en castellano. ¿La ha escuchado ella?

Pues he esperado un tiempo para enseñársela, porque yo sabía que el día que lo hiciera íbamos a llorar e iba a ser un día duro porque es una canción muy emotiva. Y la canto en castellano porque quería que la cantáramos todos y porque así me sentía yo cuando la escribí. Se la enseñé hace un par de días y... panzá´ a llorar. [Risas]. Tenía que enseñársela antes de que saliera el disco para que no se la encontrara de sopetón.

Hablamos en otro momento de la necesidad de echar raíces al instalarte en Granada, y plantaste un limonero. ¿Hay algo simbólico?

Nací en Melilla, pero he vivido casi siempre en Murcia, y como buen murciano yo le echo limón al arroz con habichuelas, a las lentejas, a la carne, al pescado... -a todo menos a las pizzas-. Cuando me vine a la casa me dijo el dueño: «Este es un limonero de esos luneros que no para de echar limones todo el año, como en Murcia», y me flipa. Es como un link permanente con Murcia.

Paco, ¿qué proyectos rondan por tu cabeza?

Ahora estoy terminando la producción de Verona, y luego la gira, que ha roto todos los compromisos de promoción, que son muchos más que en discos anteriores. Ya se han cerrado muchas fechas, incluso festivales para el verano que viene... ¡Y sin salir todavía el disco! Hay muchas expectativas. Entre medias, voy a sacar un disco con piano y voz solo y para septiembre del año que viene saldrá un libro con una biografía y un CD o un vinilo con algunas canciones nuevas; y lo que vaya surgiendo. Ahora probablemente nos esperan dos o tres años de gira en los que hay que estar fuertes y con ilusión.