Quim Gutiérrez da vida en la película La niebla y la doncella al sargento Bevilacqua de la Guardia Civil, ideado por Lorenzo Silva, en una historia que parte del asesinato de un joven sin resolver y en la que la trama se irá complicando a raíz de las relaciones personales entre los implicados.

Para Gutiérrez, esta adaptación cinematográfica de un caso de la popular pareja de guardias civiles Bevilacqua y Chamorro -que llega hoy a los cines de la mano del realizador Andrés Koppel- abarca diversos temas, si bien «es básico» el de la paternidad y el dolor que surge con la pérdida de un hijo. «En el momento en que uno es padre asume que es susceptible de sufrir un dolor que no podía sufrir hasta ese momento, que es la perdida de un hijo. Por la muerte de un hijo se pueden hacer cosas muy salvajes, no para justificar el asesinato, pero sí puede ser una razón para que en un momento de enajenación se llegue a matar», señala el actor.

Vila y Chamorro (Aura Garrido) son llamados para la reapertura del caso de una misteriosa muerte en La Gomera que se cerró sin culpables, pese a los esfuerzos del teniente Nava (Roberto Álamo) y la sargento Anglada (Verónica Echegui). La influencia de la madre del joven asesinado servirá para reabrir heridas con una investigación en la que nada ni nadie es quien parece ser realmente.

Gutiérrez ha reconocido que hay otra presencia a lo largo de la trama que complica la relación entre personajes: el sexo. «Aunque se practica poco, se habla mucho y tiene mucha importancia», ha asegurado el actor, también en relación con su personaje. «Vila tiene una vida muy poco sexual, se divorció hace tiempo y por el trabajo renunció a tener una vida personal rica», ha señalado.

Para Echegui, el amor es otro de los leit motiv de los protagonistas de esta investigación, en la que también se reivindica el papel de la mujer en la Guardia Civil. Preguntada sobre si hay machismo en el Cuerpo, la actriz ha señalado que «es un reflejo de todo» y no se puede «juzgar» a un único grupo cuando se vive en «una sociedad patriarcal y hay una tremenda herencia machista». «Andrés (Koppel) ha modificado algunas partes en el guión como la relación entre Vila y Chamorro, y ahí no hay un trato sexista entre ambos. Eso está muy logrado y creo que también hay una conciencia que se ve reflejada en el filme que tiene que ver con el cambio que se está produciendo (en la sociedad) y la ampliación de horizontes», ha aseverado, tras recordar su trabajo con una mujer perteneciente a la UCO para preparar su papel.

Para Lorenzo Silva supone su segunda adaptación en la gran pantalla de la saga de Vila y Chamorro, tras El alquimista impaciente. El escritor defiende este 'trasvase' entre letras y cine, puesto que no conoce «ninguna novela ni gran libro que se haya visto arruinado» al pasar a formato cinematográfico.