Y si esta casa quiere. O sea, el periódico. LA OPINIÓN, claro. Una puesta de sol, en invierno. El sol se mete muy al sur. Pero es igualmente bello. Un puente levadizo y su cabina de mando y transmisiones. Parece el mástil de un cuartel, con la bandera arriada. Y el toque de silencio sonando. Claro, a los jóvenes que no han hecho la mili no les dice nada esta imagen y su metáfora. No es mi caso. Y siento por dentro sensaciones muy nobles al recordar las arriadas de bandera en el Destacamento. Yo estuve en un Destacamento, donde mandaba un Comandante. Los sonidos del cetme en tierra y al hombro eran secos y uniformes, colectivos al unísono. Y se percibía el adiós del sol, por encima del espíritu militar, que también. Pues eso, que por este 2017, se ha acabado. Pido excusas por los desmayos de estas fotos en prosa, que nacieron en verso, aunque supieron reconvertirse en renglones. La plata del mar se hace cobre al reflejar el rosicler del ocaso. Y la quietud de todo, me recuerda lo que ya está glosado. Buen invierno tengan. Que invierno es lo que hay entre veranos. Las medias tintas de otoños y primaveras como que no tiene derecho a voto. Lo pasen bien.