¿Qué es para usted una buena novela negra?

En una buena novela negra debe morir alguien. O tiene lugar algún crimen en el que alguien muera o el libro no termina de ser negro. Pero, además, debe ser ese género que te mantiene muy latente una atmósfera opresiva, tensa y sórdida. Hoy día, creo que la novela negra debe ser una plataforma en donde el escritor plasme sus reflexiones personales, sus críticas sociales y sus temores.

¿Cuáles serían sus personajes y autores negros favoritos?

Tengo varios. Tal vez los clásicos serían Philip Marlowe, de Raymond Chandler; Pepe Carvalho, de Vázquez Montalbán y Sherlock Holmes, de Conan Doyle. Y los actuales serían Erika Falk, de Camilla Lackberg; César Giralt, de Pedro Martí, y Samuel Alonso, de Alfonso Gutierrez Caro. Lo que viene siendo drogadictos y gentuza muy chunga (risas).

¿Se ha sentido atraído por este género desde siempre?

Sí, toco muchos géneros a la hora de leer, pero la novela negra comulga muy bien con mi hábito de lectura. Tiene todos los ingredientes idóneos para mantenerme entretenido y avivarme potencialmente la imaginación a la hora de escribir mis propias obras.

¿Qué opina de la expansión que vive en España este tipo de literatura?

Creo que es positivo en líneas generales. Sin duda hay una ingente proliferación de autores ‘negros’ y de novela negra. Casi parece que, si no escribes alguna novela negra, no eres nadie. El público se ha vuelto a sentir atraído por ese resurgir negro y por los matices que han aportado las nuevas generaciones a ese género.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas, qué espera de Cartagena Negra?

Aprender. A mi edad, lo único a lo que aspiro es a absorber todo el conocimiento y experiencia del que me pueda rodear. En los encuentros de Cartagena Negra se congregan grandísimos literatos y gente experta de este mundillo. Es un marco incomparable, y es todo un privilegio estar en contacto con ellos y poder aportar un poco de mi tizne negro al evento.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?

La historia. Es ella quien mata continuamente a gente en todas partes del mundo. La paz no existe ni existirá jamás. Las armas físicas son lo de menos. Se puede matar con veneno, con armas de fuego, blancas, o incluso tirándote por un terraplén: eso no importa realmente. Lo que asesina de verdad es el odio, la codicia, el dinero, el poder y la venganza.

Elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

Donald Trump está de suerte. Ya está entre las tres personas que peor me caen en el mundo. Las otras dos ya están muertas. Un trabajo limpio y sin fisuras. Ahora le toca a él. Pero todo a su tiempo. Los crímenes hay que planearlos bien, sobre todo con alguien que puede esconderse tras un muro (risa maléfica).

Una trilogía con Frederic Poison, ¿qué tiene de especial este personaje como para ser el protagonista de la misma?

Tiene mucho carisma. Es ese líder natural que guía al resto de quienes le siguen sin proponérselo. Es tozudo, curioso, aguerrido, capaz, resolutivo, impetuoso. Pero, además, tiene una integridad moral inquebrantable. Es todo lo que yo hubiese querido ser en esa época en la que él vive.

Parece que le gusta el siglo XX como época literaria, ¿a qué se debe esto?

Me encanta. Creo que yo debí nacer en esa primera mitad del siglo XX para poder ser quien quiero ser. Me parece una época tan romántica como convulsa. Una parte de la historia que nos ofrece miles de pequeñitas anécdotas en cada rincón del mundo con las que poder crear grandes historias.

¿Con cuál de las tres entregas de la saga se quedaría si tuviera que elegir?

El diario de René. Aunque sería lo lógico, no es obligatoriamente necesario empezar por el principio de la saga, El dragón perdido. Creo que la tercera entrega es un final de esa primera trilogía muy merecido y muy negro. Aun así, los lectores se están sintiendo cada vez más atraídos con la segunda, Los niños de Belzéc, una novela muy oscura y cruda. Cosas muy negras, por otra parte.

¿Qué es eso de la Generación 16 y qué tiene que ver con la eclosión que vive el género negro en la Región?

Es un grupo de insurrectos literatos y gente marchosa, atractiva físicamente, excéntricos al vestir, con gran tolerancia a la cebada y con ciertos niveles de desequilibrio mental (risas). Vamos, lo típico para un grupo de personas nacidas sobre todo en los 80 o finales de los 70, y que aspiran a hacerse un hueco algún día en el panorama literario. Aportan un estilo fresco, dinámico y muy cinematográfico a sus creaciones.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

¿Consejos yo? Aún trato de aconsejarme a mí mismo. Pero, si he de decir algo, creo que el secreto para triunfar uno mismo con su obra es paciencia, perseverancia y lectura. Un escritor de novela negra que no lee no mejora. Un escritor que no tiene perseverancia no avanza, y un escritor que no tiene paciencia muere antes de tener tiempo para vivir.