Uno de los personajes más carismáticos del comic español contemporáneo es, sin duda, Luca Torelli, que es más conocido por el sobrenombre de 'Torpedo', el asesino a sueldo de escasa cultura y gatillo infalible. Torpedo 1936 fue una serie creada por el guionista Enrique Sánchez Abulí en 1981, por encargo del editor Josep Toutain, con destino a las páginas de la revista de terror Creepy. El dibujante que le dio vida gráfica fue el americano Alex Toth, quién, tras dos episodios, tuvo que abandonar porque no podía seguir realizando una serie donde la violencia, las palabras malsonantes y un peculiar humor negro -con los que no estaba de acuerdo- fueran parte indivisible del guión. Por suerte, el encargado de tomar el relevo fue ese maestro del blanco y negro que es Jordi Bernet, uno de nuestros autores más internacionales y uno de los pocos grandes del comic nacional que aun tenemos entre nosotros. Dicho dúo llevaría la serie hasta los albores del siglo XXI, contabilizando unos 15 álbumes y un libro de relatos. Hace más bien poco, Panini editó un grueso y lujoso volumen con la totalidad de historias de Torpedo.

Luca Torelli, aunque nacido en Sicilia, pronto debe emigrar a América a causa de una vendetta que ponía en juego su vida. Allí, como mejor medio de vida, se da al negocio de asesino a sueldo, ya que desprende aptitudes más que sobradas y un carácter violento, egoísta y desalmado. Se hace acompañar por Rascal, un prototipo de asesino que es más un desgraciado y vicioso, que vive a la sombra de Torpedo aprovechando todo lo que puede de lo que consigue aquel.

En el año 2000, por unas desavenencias entre los autores, que les llevarían incluso a enfrentarse en los juzgados por el personaje, se hace inviable la posibilidad de cualquier continuación. Será ahora, que Panini ha podido conseguir recuperar a Torpedo, pero dándole una vuelta de tuerca y transportándolo al futuro, concretamente al año 1972. Así, tenemos a un amargado y resentido Torpedo con unos setenta años a su chepa, pero tan cínico y borde como siempre, envuelto en un problema doméstico que le enfrenta a una pareja de jóvenes que piensan que se pueden aprovechar del viejo para sus fines comerciales. La continuación gráfica ha recaído en las expertas manos de un conocedor del género negro y su humor, como es el argentino Eduardo Risso, al que siempre le recordaremos por su encomiable trabajo en 100 Balas o la miniserie Johnny Double. Aunque, por supuesto, no es Bernet, es un digno sucesor que aporta un soplo de aire fresco a tan querido personaje.

El presente libro se completa con un relato literario corto del personaje y toda una suerte de bocetos usados por Risso para acometer la obra. Al parecer, este esperado retorno no quedará solo en una mera anécdota porque, según el propio guionista -que ha quedado muy contento con la colaboración-, tiene previsto un segundo libro de este asesino carcamal para el próximo año y para ser presentado en el Salón del Cómic de Barcelona.

Y, como no podía ser menos, Panini le brinda un libro a Bernet con el que poder disfrutar de todo su arte, en una sucinta panorámica de sus trabajos de los últimos tiempos. Bocetos e ilustraciones; tanto conocidas como inéditas y a gran tamaño; desfilan por sus páginas, desde las que revisan a Torpedo 1936 pasando por esos otros como son Custer, Clara de Noche, Kraken, Light y Bold o Tex, entre otros. Nos deleitaremos con esas soberbias ilustraciones tan sencillas en puro blanco y negro, con predominio del claro oscuro y las grandes manchas de tinta; y esas otras pocas, coloreadas con nítidas acuarelas, que son toda una historia sin palabras.

Este repaso gráfico tiene como única pega la falta de algún texto que nos sirva de guía en este viaje visual. Ciertamente, anexan uno del dibujante Josep Mª Beá, pero es de un enrevesado que resulta ilegible. Tal vez, aquí también podría ofrecer una semblanza profesional de Bernet... pero, como estos, os conmino a que paséis por internet y busquéis a la carta la mejor información que preciséis.

El arte de Jordi Bernet es un verdadero regalo para el aficionado y un comedido tributo a uno de los grandes del cómic, que precisa la recuperación de las pocas obras internacionales inéditas que aún quedan pendientes y, además, como es el caso de este gran libro, una reedición de calidad de sus obras más emblemáticas. Salve, maestro.