La Unión es una ciudad importante en el mundo del flamenco. Es tanta la aportación que ha dado al cante minero-levantino que ha permitido ser un hervidero de eruditos e ilustres intelectuales que se han interesado en investigar nuestro arte, nuestra cultura y nuestra historia.

La Unión y el Festival Internacional del Cante de las Minas, cincuenta y siete años después de su nacimiento, tienen el sitio que merecen y les corresponden.

Recuperar la historia de los cafés cantantes, donde el flamenco y la música adquirían su máximo esplendor, nos ha servido esta edición para recordar nuestra historia. Hemos utilizado ese diseño, esa estructura, para acercar a nuestros visitantes y a los unionenses la vida de este pueblo a través de conferencias y charlas centradas en las condiciones de vida que se daban en la minería en los siglos XIX y XX. Nos hemos acercado a otras comunidades y países como Asturias y Bélgica, hemos conocido el trabajo que realizan las peñas flamencas de nuestro país y hemos ahondado en figuras tan importantes para esta ciudad y para el festival como fueron Asensio Sáez o Pencho Cros, personajes que este año han tenido su compensa porque hemos abierto nuestro corazón y las puertas de este municipio a ellos coincidiendo con el décimo aniversario de su fallecimiento.

Hemos intentando que los concursos, los tablaos, los artistas, las peñas o las corales tengan cabida en nuestro Festival con el fin de mostrar el arte y a la cultura popular de nuestra zona porque estamos convencidos de que el cante minero tiene mucho que aportar al flamenco.

El flamenco no se entiende sin la participación de un pueblo. Ver la respuesta de los ciudadanos y visitantes a todas las actividades que hemos organizado en la calle, dejando a un lado las controversias, las polémicas y los sectarismos, nos mueve a trabajar en una próxima edición en la que el unionense sea el protagonista.

El pueblo de La Unión no olvida, recuerda a su gente, a todos los que de una forma u otra han puesto su granito de área en este majestuoso Festival; a ellos les agradecemos esa labor, por eso felicitamos a Juan Antonio Campillo, José Castillo Abreu y el Principado de Asturias, premios Castillete de Oro 2017; Francisco Hernández Cop, Carburo Minero; Bélgica, premio Catedral del Cante; Asociación Cultural El Malacate, premio Asensio Sáez; Onésimo Hernández, Ayuntamiento de Valladolid, Onda regional y CableUnión, premios Pencho Cros; Juan Santos, 'El Baranda', premio Trovero Marín, y la peña flamenca El Arriero, premio Rojo El Alpargatero.

El cante y el baile en la 57ª edición del Festival nos ha dejado una estela de satisfacción y de trabajo bien hecho, porque ha habido una interrelación de elementos populares, cultos, puros y modernos que nos ha permitido tener un conocimiento más profundo sobre los estilos que en este siglo suenan en los diferentes festivales, certámenes, concursos, muestras o espectáculos. Agradecer por tanto que este año se subieran al escenario del Antiguo Mercado Público Lole Montoya, Rocío Márquez, Paco Montalvo, Juan Pinilla, Manuela Carrasco, Jesús Méndez, Argentina, Mayte Martín y el Ballet Flamenco de Andalucía.

Si en los días de galas la presencia femenina encima de las tablas ha sido significativa, en las noches de concurso y, sobre todo, en la gran final, el hombre ha brillado en todos los campos. Los concursos son la base de este festival, sin ellos no somos nadie ni nada, de ahí nuestro interés en cuidarlo al máximo. Queremos que sean rigurosos, mantener la estética flamenca y la profesionalidad.

Alfredo Tejada Zurita, premio Lámpara Minera; Alejandro Hurtado García, Bordón Minero; Fernando Jiménez Torres, premio Desplante; Sergio Ruiz Lopera, Filón; y a todos los premiados: Esther Merino Pilo, Ana Isabel Rodríguez Rosado, Israel Cerreduela Martínez, Luis Medina Blanco, María Macarena Ramírez Cepero y Pablo Suárez, gracias por vuestras mineras, cartageneras, tarantas, malagueñas, seguiriyas, soleares, farrucas y por enriquecer el Festival con vuestro arte.

El flamenco es el gran superviviente, el festival y La Unión, también y lo será siempre, por eso el año que viene volverá con más fuerza, renovado.