¿Qué es para usted una buena novela negra?

Aquella que, centrándose en un asunto criminal, consigue atrapar el interés del lector de tal forma que sea incapaz de soltarla hasta que la termina.

¿Cuáles serían sus personajes y autores negros favoritos?

Me gustan muchísimos, pero si tuviera que hacer un podio de medallistas, Bernie Gunther de Philip Kerr, Salvo Montalbano de Andrea Camilleri y el 'detective' de Eduardo Mendoza.

¿Se ha sentido atraído por este género desde siempre?

No solo por este género, pero reconozco que el detectivesco-negro me ha acompañado desde mi infancia. Gran parte de mi juventud, y aún ahora, disfruté y disfruto de su lectura. Y no quiero dejar pasar mi agradecimiento a la Serie Oro de la editorial Molino, cuyos números compró mi padre y que lograron que mis veranos en mitad del sosegado campo estuvieran tan llenos de aventuras, intrigas y apasionantes criminales e investigadores como si los hubiera pasado en Nueva York.

¿Qué opina de la expansión que vive en España este tipo de literatura?

Que es bueno. Es un tipo de literatura en la que prima el entretenimiento y fomenta el placer de la lectura, con lo que ayuda a que los lectores incipientes aumenten su interés por las letras, lo cual es siempre una gran labor.

¿Y qué le ha traído a participar en estas jornadas? ¿Qué espera de Cartagena Negra?

El colaborar en que los lectores que no conocen mi obra tengan un primer contacto con ella y la estructura y funcionamiento de Cartagena Negra. Espero que continúe ayudando a fomentar el interés por el género, que facilite el encuentro entre diferentes autores y, sobre todo, que haga más fluido el contacto entre autores y potenciales lectores, lo que viene consiguiendo, en especial en las sesiones nocturnas en Míster Witt Café.

¿Cuáles son sus armas y métodos preferidos a la hora de matar?

Creo que la bala de una pistola es la más práctica y habitual, aunque, como curiosidades, he empleado en mis novelas dos métodos a los que tengo un especial cariño: el émbolo que se utiliza para sacrificar los cerdos y una barra de pan congelada. Ambas sugeridas por dos amigos.

Elija algún personaje real para quitar de en medio y justifique el crimen, claro.

Un poco comprometido? Si tuviera que hacerlo, creo que a Abubakar Shekau, el líder de Boko Haram. Pienso que un hombre capaz de perpetrar tantos crímenes a la población indefensa, se ha ganado a pulso el que se lo quite de en medio.

Acaba de salir al mercado Crímenes de lesa majestad

Su excéntrica personalidad, su belleza, su glamur y su inocencia, a pesar de las tremendas experiencias por las que la he hecho pasar. Creo que es un personaje único en el género. Una especie de antítesis del clásico investigador masculino y desengañado que se convirtió en un cliché de la novela negra.

¿Cómo ha cambiado Joaquín Lloréns desde que inició esta saga?

Creo que no mucho. He aprendido de muchos temas y he mejorado, por la práctica y la dedicación, en mi escritura, pero en lo personal sigo siendo el mismo que era, salvo que mi pelo ha encanecido por completo.

En esta ocasión ha mezclado Historia y una trama negra, ¿qué tal ha resultado la combinación?

En mi opinión, muy bien. En mi particular visión de la escritura, creo que la novela negra no solo debe crear tramas y personajes interesantes y convincentes, sino que también debe aportar algún conocimiento al lector, y en Crímenes de lesa majestad he dado eco al Reino Privativo de Mallorca y a la tremendamente convulsa Europa con la que coexistió en su breve período de existencia. Estoy seguro de que incitará a muchos lectores a profundizar en el conocimiento de aquellas décadas que cambiaron nuestro país y continente.

Cada vez hay más mujeres protagonistas en la novela negra, ¿qué le parece?

Lógico y positivo. La novela negra siempre ha tenido un claro componente social. Uno de sus pilares es el reflejo de la sociedad en la que la acción tiene lugar. Y hoy día la mujer ha dado un paso adelante y ha reclamado, con justicia, su importante papel en todas las áreas. Y su irrupción, como protagonista en la ficción, es solo una más de las consecuencias sus creciente trascendencia social.

Ofrézcale algún consejo al lector de novela negra.

Que aproveche sus lecturas para aprender cosas nuevas, que no abandone nunca la capacidad de dejarse sorprender en cada nueva novela y que varíe de tanto en cuando sus géneros de lectura. Y que visite las librerías y se deje seducir por los títulos y sinopsis ojeados al albur. Yo conseguí así conocer obras que han significado mucho en mi vida.