El periodista Jorge Bustos reúne en Crónicas biliares (Círculo de Tiza) ensayos escritos con unos cínicos 25 años, en los que muestra una mirada particular respecto a temas que le preocupan, como el periodismo, la crisis o la literatura.

También hay en este libro un espacio para el análisis crítico de la sociedad, como cuando en uno de los textos habla de que «los antisistema no son más que gamberros adinerados».

«Lo que sí sabía ya hace diez años, que es cuando escribí esa frase, es que me repugnan los revolucionarios de salón que no arriesgan nada porque saben que, al final, el sistema les perdonará sus travesuras, a menudo con nómina pública y últimamente hasta con escaño. Esa indignación primermundista es épica de Decathlon», ha señalado el autor en una entrevista.

Preguntado sobre si hoy en día ha cambiado la libertad de expresión a la hora de ejercer el periodismo, en gran medida por la irrupción de las redes sociales, Bustos reconoce no saber muy bien si es necesario tener valor para decir según que cosas, porque «la industria del escándalo se reinventa a diario». «Igual lo rompedor ahora es ser monárquico y tener chimenea, yo qué sé», se encargó de añadir.

Con una prosa lírica, Bustos recurre en muchas ocasiones al principal aliado del columnismo: la literatura, género que el autor considera «la manera más humana de captar la verdad» y que se mezcla con la escritura periodística. «Reivindico el registro literario para la columna como género a caballo entre la actualidad y la estética: la columna perfecta ha de contener una noticia, un ensayo y un poema», explicó.

Respecto al periodismo, la visión ofrecida en Crónicas biliares es «cínica», tal y como reconoce el autor. «Uno es cínico por miedo, ignorancia o falta de mundo. Con el tiempo, al revés que el tópico cascarrabias, se va uno volviendo flexible y comprensivo. Ahora conozco cientos de periodistas y decenas de medios por dentro, y encuentro idealistas, mediocres y gilipollas. Lo normal», ha apuntado.

Recientemente, Raúl del Pozo publicó, también en la editorial Círculo de Tiza, otra recopilación bajo el título El último pistolero, una manera de hablar del final de una generación de columnistas. «Del Pozo, como maestro del artículo individualista y libérrimo, no será por fortuna el último de ese oficio, como a la vista está cada mañana en redes, digitales y hasta quioscos», desmintió con humor Bustos, que prologó ese libro.

Madridista confeso -el Real Madrid es el centro de varias de sus columnas-, Bustos no cree que la pasión por un equipo -que comparte con otros articulistas como Manuel Jabois o David Gistau- sirva únicamente para encuadrar a una generación. «El Madrid es demasiado grande para conformar un estilo: yo conozco al menos cinco o seis estilos de escritura madridista, dos de escritura barcelonista y un único registro de escritura colchonera», bromeó el autor.

En cualquier caso, en este libro de ensayos planea un cierto pesimismo respecto a una sociedad de hoy en día, en la que «Rubén Darío le escribiría los discursos al concejal de urbanismo -ironiza Bustos-. El pesimismo es un excelente punto de partida para el optimismo. Aunque el nivel cultural medio en España deprime bastante, la verdad, dicho sea con amor y pedagogía», concluyó el periodista.