En aquella esquina de la vida

La encontré donde anidaba la ilusión, en aquel proyecto político de pre-autonomía que se llamó Consejo Regional de Murcia. Allí, José Manuel Garrido Guzmán, que unía los cargos de concejal de Cultura en el Ayuntamiento de Murcia, diputado y consejero, estaba formando un equipo para las distintas disciplinas: estaban Manolo Luna, Miguel Payá, Maribel Escolar y yo mismo, entre otros. Maribel acababa de diplomarse en la Universidad de Valladolid en cinematografía y empezaba su carrera poniendo la luz mágica en sus manos en proyectos como el del Centro Cinematográfico Romea, eran esos felices 80 controvertidos. En años posteriores, Maribel organizó ciclos de cine francés con proyecciones en la Cámara de Comercio y en la Casa de la Cultura. Allí me vi con ella, proyectando a Renoir, por ejemplo, con un proyector de 16 mm. que habíamos conseguido convenciendo a Garrido de su compra.

En 1984, colabora con la organización de la I Semana de Cine Español de Murcia y, desde la siguiente edición, asume su Secretaría General y coordinación. La quinta edición la dirigió junto a José de Paco. Son los precedentes de lo que empezaba a ser la Filmoteca Regional: un despacho con poco más que una mesa y un teléfono, en el antiguo edificio de Galerías en la Gran Vía y que se adornaba con carteles y un proyector antiguo de 35 mm. Con Joaquín Cánovas y otros, comienza el intento de institucionalizar la Filmoteca, que se crea en 1986, institución que coordinó y dirigió en la práctica.

Maribel Escolar escribió de cine en el Rotativo Cultural, periódico nacido en la flamante Consejería de Cultura y en la prensa local, así como en el libro colectivo Cine Español 1975-1984. Con José de Paco, recuperaron la figura del actor José Crespo con ediciones y un documental.

Cumpliendo su vocación didáctica, impartió cursos de iniciación al cine por toda la Región. Cuando el proyecto de Filmoteca Regional se consolidó con la compra del Cine Salzillo de Murcia y comenzó su andadura definitiva, Maribel Escolar, por decisión personal, no quiso participar en el proyecto de 2004. Los años anteriores habían sido muy convulsos en cuanto a la administración pública de una Institución que aparecía y desaparecía con una arbitrariedad inaceptable.

En los últimos años, Maribel trabaja a alto nivel en la Biblioteca Regional de Murcia, realizando una espléndida labor de documentación bibliotecaria. Aunque me imagino que su vocación cinematográfica estará latente en su interior. Mi reconocimiento a su trabajo y mi afecto personal son enormes y mis recuerdos de colaboración con ella, en aquella esquinita ilusionada de la vida que decía al principio, añorados con feliz nostalgia de un tiempo pasado.