El director Luis Luque lidera una nueva versión española de Oleanna, la polémica obra teatral del estadounidense David Mamet, la cual en esta ocasión viene representada por Natalia Sánchez y Fernando Guillén Cuervo. Se trata de un duelo interpretativo a través del encuentro que mantienen un profesor de universidad, John, y una alumna suya, Carol, que ha suspendido el curso y acude a su despacho para reclamarle una subida de nota. La función esconde tras de sí reflexiones que tocan temas tan espinosos como el acceso universal a la educación universitaria, el lenguaje políticamente correcto, las políticas de género y el acoso sexual. Esta noche, Oleanna llega a las tablas del teatro Thuiller y, para conocer un poco mejor la trama, conversamos con su protagonista.

Esta noche los espectadores se van a encontrar una encarnizada lucha entre un profesor y una alumna donde se mezcla el acoso sexual además de cuestionar el sistema académico.

Se cuestiona muchas cosas. Una de ellas es cómo el ser humano utiliza su poder en contra del otro. Indudablemente existe una crítica subyacente a un machismo latente y normalizado; ese machismo que a no ser que hagamos un poco de hincapié en él casi pasa por delante de nosotros como una cosa normal. El piropo, el acoso..., ¿dónde esta la línea roja de lo que es el machismo?

Mamet escribió Oleanna en 1991, ¿Resiste al paso del tiempo?

Absolutamente. Y no solo resiste, creo que está más de actualidad que nunca, creo que tras décadas de peleas de aparente evolución, nos seguimos topando con violencia machista, sobre todo con este machismo normalizado del que hablábamos -en la publicidad, en el cine, en la música...-. Ahora que existe una pandemia de violencia de género es un tema que está de gran actualidad.

Y luego en cuanto a lo de poner en duda el sistema académico, que también está de actualidad. Tengo un hijo de 14 años que se cuestiona todo el tiempo ciertas cosas que están un poco ancladas en el pasado y en la autoridad de la estructura piramidal académica y que en algún momento tendrían que empezar a dar un poco de giro.

¿Cómo fue preparar el personaje? Creo que además lo preparó sin ver nada de lo que se había hecho anteriormente.

Un texto de tal naturaleza hay que tomarlo totalmente virgen y puro. He preparado el personaje sin tener ningún referente exterior, metiéndome por completo en la piel de John, sometido a los impulsos materialistas de nuestra sociedad. Un señor que quiere prosperar y que se quiere comprar un chalet, pero tiene un discurso antisistema -es un profesor de Humanidades-. Vemos como está atrapado por el sistema, como es capaz de utilizar su poder, de instalarse en ese poder y perjudicar a un alumno en su beneficio.

¿Cómo ha sido el trabajo con su compañera de reparto?

Una verdadera maravilla. Natalia es una grandísima actriz, con un gran rigor profesional y una gran intuición artística.

¿Dónde encontramos la impronta de Luque en esta versión?

Luis ha realizado un ejercicio de no tomar partido, de ponerse al lado de Mamet y dejar que dos personas que no tienen razón -y al mismo tiempo la tienen- discutan. Principalmente lo que hemos intentado es no cargar las tintas en ningún sitio. Lo que sí hemos intentado es respetar la verdad de esos personajes, porque quien tiene que entrar en esa catarsis y juzgar es el espectador.