Si hay una labor que nos pone a prueba cada verano es hacer coincidir nuestras vacaciones con las de nuestra pareja, pero, más allá de eso, el gran encaje de bolillo es mantener distraídos a nuestros hijos durante sus largos y ociosos sesenta días libres. El horario reducido de nueve a dos permite llegar a tiempo para poner a calentar la comida y preparar una ensalada, pero hay que buscar entretenimiento para los pequeños a lo largo de la mañana. Sin estar muy seguros de aquellas teorías que analizan si los niños tienen demasiadas vacaciones y si habría que reorganizar el calendario escolar, en este punto incluso nos lo planteamos. Por suerte o por desgracia, es momento de ser práctico y pronto se nos ilumina la bombilla: los campamentos de verano. Solo falta conseguir que los chavales se crean que no es sinónimo de «desprendernos de ellos» sino que será una «diversión educativa».

Los campamentos de verano se convierten cada año en una alternativa que mantiene a los jóvenes ocupados en actividades que pretenden que su mente llegue a lugares más allá de las aulas.

Durante julio y agosto, la empresa Arbolar de Los Urrutias se establece como uno de los puntos clave en cuanto a oferta de campamentos en la Región. Durante periodos de diez días, chavales de entre 6 y 17 años conviven en una residencia a pie de playa donde aprenden lo que significa pasar tiempo fuera de casa y conocer a gente de otros lugares. Tal como comenta Andrés Martínez Soto, uno de los socios fundadores, tan solo un 10 % de los clientes que reciben son murcianos. «La mitad de los que tenemos vienen de Madrid, y el 40 % restante llega de toda España: Bilbao, Asturias, Andalucía, Valencia€ e incluso de Rusia y de Inglaterra».

Podemos desprendernos de la imagen de linterna, brújula y botas de montaña, niño despeinado y con las rodillas llenas de barro. En verano todo cambia y la forma de vivir un campamento también. La oferta se amplía y cada año el abanico se abre hacia nuevas disciplinas relacionadas con el mar, los conciertos o el baile; actividades propias de la temporada estival incluso en el ´mundo adulto´.

Menos olas y más música

Formar un grupo de música y aprender artes escénicas son algunas de las alternativas más atrayentes en la playa de Los Urrutias.

El contacto con el agua, las olas y la arena es una de las sensaciones que más atrae a los jóvenes. En la playa de Los Urrutias se puede practicar vela ligera, windsurf, paddle surf, piragüismo y otros juegos acuáticos dentro del campamento náutico. Sin embargo, Andrés reconoce que el número de clientes nuevos se ha visto mermado desde el año pasado debido a las noticias acerca del estado del Mar Menor. «La mayoría de veranos hemos tenido lleno total, pero este año nos ha costado muchísimo», comenta. «Un 90 % de ocupación para mí no es algo positivo, porque esas diez plazas que faltan son las que me hacen ganar dinero y sobrevivir el resto del año». Argumenta que con la retirada de las banderas azules en la laguna salada a principios de estación «bajaron las reservas».

Si los peces y la sal no son nuestros amigos, el Maldita BeachRock es un tipo de campamento orientado a la música que puede llamar la atención por su vínculo con el grupo murciano Maldita Nerea. Durante más de una semana, los chicos aprenden a tocar la guitarra, la batería o el bajo. El objetivo es formar bandas para despedir el campamento con una actuación encima del escenario frente a amigos y familiares.

Además de los miembros del grupo que le da nombre, se han colado en su programación artistas como Edurne, Diego Cantero (Funambulista) o Sergio Bernal (M-Clan).

Para los más movidos, CampArt está diseñado en una línea de baile y artes escénicas que trabaja con la expresión, el teatro o la representación de cara al público. En este campamento los inscritos aprenden un cóctel de interpretación mezclado con bailes modernos como zumba, hip-hop o ritmos latinos con el objetivo de ser capaces de crear coreografías propias.

Días de aprendizaje para los niños y de relax para los padres que ayudan a continuar el verano con energías renovadas.