Salud y rock and roll es como ha bautizado José María Sanz, Loquillo, la gira en la que anda embarcado y que esta noche hace parada en la Fortaleza de Lorca con motivo del Tendencias Summer Fest. El rocker de Clot, que esta noche actuará junto a Los Marañones, lleva más de 30 años hilando canciones memorables y discos imprescindibles para el rock español. Desde bandas sonoras para películas a incursiones en el mundo de los poetas; desde grabaciones con mitos del rock'n'roll como Johnny Hallyday a compartir escenario con los Who o los Stones. Loquillo es un tipo especial, polémico, con una sinceridad y una confianza en sí mismo a prueba de bombas. Con una actitud de las que no abundan.

Loquillo es la personificación del rock star español. Tipo duro de aspecto imponente, es mucho más que un cantante de rock and roll al uso. Su estética combina el cuero de macarra de barrio con el dandy de traje de corte impecable y sombrero de gángster. No sabe tener la boca cerrada, y sus declaraciones siempre están en el ojo del huracán. Si estás dispuesto a escucharle no dejará títere con cabeza. Ataca a los medios y a la industria discográfica si se tercia, incluida su propia compañía.

Trabajador incombustible, disciplinado y tenaz, no ha dejado de sorprender a nadie. Ni a sus fans, a los que ha paseado por gran parte de los estilos del rock, ni a sus detractores, que son muchos y feroces, rompiéndoles los esquemas una y otra vez con sus múltiples facetas, sus cambios de sentido, sus salidas de tono y sus aventuras extramusicales.

Loquillo es un roquero añejo, con canciones que huelen a tabaco y saben a bourbon, bregado en mil carreteras. Afronta su tercer año rumbo a los 200 conciertos con su último trabajo, Viento del Este. La gira es un punto de inflexión en la carrera del barcelonés, que recibió la Medalla al Mérito de las Bellas Artes en 2015. Los números hablan por sí solos: miles y miles de personas pudieron disfrutar de sus canciones y el cartel de 'Entradas agotadas' colgado en casi todos sus conciertos. Conciertos y más conciertos, incluido el que dio hace unos meses en el Teatro Real. Un repertorio imbatible liderado por una figura que no ha dejado la primera línea desde que aterrizó en este mundillo, allá por principios de los ochenta. Parece que el tiempo se estira o se congela a su lado.