La imagen de las noches de los 80

Los recuerdos y la memoria son como la trama y urdimbre de un tejido, y cuando tiramos de uno de los hilos que lo forman, se deshilacha toda la prenda, toda la madeja. Lo tengo aprendido desde hace tiempo. Pensar, retrotraernos a la querida figura de Javier González Alberdi nos lleva a ese sentimiento. Hace unos días cercanos a San Juan, en este mismo diario, Miguel López Guzmán tiraba de las costumbres del barrio del santo y llegaba en su añoranza a las hogueras de esos días que tanto quiso promocionar el diseñador y amigo González Alberdi y nos avisaba de la necesidad de revisar sus aportaciones y su vida.

Para escribir esta semblanza del llorado Javier, yo mismo tiraba de otro hilo, de los profesionales que en los 80 potenciaron el diseño gráfico, y me daba de bruces con otro cuyo olvido es imperdonable: José María Hervás, arquitecto y autor entre otros libros importantes, del estudio de Cien Años de Diseño Gráfico en Murcia, una preciosa edición que hace un recorrido de la Murcia impresa, de las litografías de la conserva, de los jóvenes de los 80, de González Alberdi, entre otros. De los arquitectos que hacían carteles a punto casi de olvidar su profesión, de grupos que se formaron para crear una marca: El Dibujador, por ejemplo (Severo Almansa y Vicente Martínez Gadea). Alberdi, con una máxima calidad, comparte cartelismo con éstos y con Antonio Ballester, Juan Antonio Molina, Ángel Haro, Marcos Salvador Romera o Ramón Garza, o fotógrafos como el anfitrión de esta página, Ángel Fernández Saura, o Paco Salinas. Aquel movimiento que envolvió a Alberdi fue una reivindicación, se impulsó con la Transición una profesión en alza que casi pone en peligro de extinción otras disciplinas como la pintura o la escultura.

Cuando la muerte temprana se llevó la vida de Javier González Alberdi, el grupo de sus amigos, consternados, me hablaban de él, de la memoria del amigo desaparecido muy tristemente.

Hay unos antecedentes familiares que explican su vocación. La madre de Javier, Mercedes Alberdi Ibarra, había nacido en 1921 en Guipúzcoa y fue figurinista y modista; en 1952 se casó con Mariano González Guzmán y se instaló a vivir en Murcia. Antes de llegar aquí fue figurinista de Balenciaga, la firma internacional de moda. Son precedentes importantes para la vocación de Javier o de Mercedes, su hermana, que pintó bien en aquel tiempo en el que su hermano diseñaba, con un futuro muy prometedor.

Destacó Alberdi muy especialmente en carteles para aquellas fiestas nocturnas de la movida murciana de los 80 en El Varadero, Trips, Barbus, El Conti... en los que hizo del uso de las tintas planas un sello propio. Fue un profesional de personalidad y estilo inolvidables.