FerminaJesus no es el nombre de un usuario de Twitter cualquiera. Se trata de la priora del monasterio del Corpus Christi Agustinas Descalzas de San Juan de Ribera, en Murcia.

Los tiempos mandan y algunos de los efectos de las nuevas tecnologías atraviesan incluso los más vastos muros que separan la clausura del mundanal existir.

Fermina de Jesús escuchó «muy fuertemente la llamada del Señor hacia la vida contemplativa en clausura» a los 19 años y, ahora, a sus 52 puede decir que ha dedicado prácticamente toda su existencia a la oración y al sacrificio, aislada casi por completo del exterior, a excepción de las redes sociales.

El primer ordenador que entró en el priorato llegó en 1999 para facilitar las tareas de archivo y secretaría, labores de las que se encarga ella misma y que compagina con las de sacristana, tornera y organista.

Fermina de Jesús explica que se le encargó a ella por su «formación en mecanografía» y la facilidad de expresarse por escrito. Sin embargo, nadie ha entrado en el monasterio para enseñar a las hermanas agustinas unas nociones básicas de ofimática. «He ido autoformándome, porque me gustan estos medios y soy bastante constante en querer aprender. Lo hice a base de tutoriales y consultando a personas relacionadas con la comunidad. Mi afición por las nuevas tecnologías, el diseño gráfico y la fotografía me hacen indagar todos los días y encontrar cómo renovar las redes sociales».

También reconoce que, aunque el suyo no es un caso aislado, la edad de muchas de las hermanas hace que en su comunidad ella siga siendo una rara avis. «Solo las monjas jóvenes nos hemos metido de lleno en los medios informáticos, el resto no tiene inconveniente en que las usemos, siempre que sea para el bien de la comunidad y la gloria de Dios».

Y, precisamente, ese es el objetivo de Fermina tanto en Twitter, y Blogspot, como en su canal de Youtube y en Facebook: «El motivo principal de mostrarnos más en Internet fue la escasez de vocaciones, ya que tan solo somos nueve hermanas». Sin embargo, Fermina de Jesús reconoce que en este aspecto no han conseguido hasta ahora una respuesta positiva. Lo que más reciben son «mensajes privados pidiendo oraciones, también alguna consulta espiritual o consejo».

Fermina de Jesús destaca que, aunque se encarga de las redes sociales con una misión muy clara, intenta «llevar la máxima cautela, dedicar solo un tiempo prudencial y rechazar todo lo que nos ponga en peligro de caer en lo mundano y favorezca la disipación espiritual».

Esta monja tuitera lo tiene claro, seguirá apostando fuerte por las redes sociales para conseguir que más hermanas se unan al camino de la vocación. «El fruto se obtendrá cuando Dios así lo quiera».