El perfil de Jaouad El Hauo es perfectamente bereber. Es de Fkih ben Salah, entre Rabat y Casablanca, pueblo que es acariciado por las fuertes brisas del Atlántico. Mi amigo marroquí hizo el viaje de su vida, considerable y aventurado, atravesando de parte a parte Marruecos hasta Nador, y de ahí, oculto en un pequeño Ferry, cruzó por el Mediterráneo hasta llegar a España€

Así puede comenzar el relato de una joven vida en continua lucha que, salvando las distancias de las circunstancias y el tiempo, sufrió otro de mis inolvidables amigos, el gran escritor marroquí Mohamed Chukri, nacido en Beni Chiker, una aldea del Rif, en 1935, y que murió en Rabat, en 2003, aunque toda su vida, o desde la edad de once años, se vio obligado a vivir en diversas localidades de su patria. El autor del controvertido e importante libro autobiográfico El pan a secas (Al-jubz al-bajil), Jean Genet en Tánger (Jean Genet fi tanya), Paul Bowles, el recluso de Tánger (Paul Bowles wa´uzlatu tanya) o Zoco Chico (As-suk ad-dajili), pasó el resto de su vida en la entonces cosmopolita Tánger de los años sesenta del pasado siglo, relacionándose con los artistas y escritores que visitaron esporádicamente o vivieron en su tiempo Café Negresco de Tánger, hacia aquellos años en que apareció la primera parte de su trilogía autobiográfica; tras El pan a secas (mucho más tarde fueron saliendo a la palestra polémica Tiempo de errores, en 1992, y el definitivo Rostros, amores, maldiciones, en 1998), nuestra amistad se estrechó; la primera impresión mutua fue absolutamente emotiva y añadiría que fascinante: yo, con mi figura de cantante pop, le atraje al instante, y en él me impresionó todo en especial la ´marca de Caín´ en la frente, reminiscencia de una vieja herida.

Mohamed Chukri era cuando yo le conocí un hombre joven, y estaba en la cumbre de su genio creador (veinte años atrás era analfabeto). Escribía compulsivamente, pese a que su primer libro, nada más salir publicado (1973), fue prohibido en todos los países árabes por escandaloso. En Marruecos, la obra no fue publicada hasta dos años antes de la muerte de Chukri, en 2000.

El escritor salió poco de Tánger, pero en su cotidiano estar, creador y ocioso, en el Café Negresco, le visitamos sus admiradores, cada vez que Marruecos me llamaba (para lo que yo había bautizado como ´mi baño de raíces´, que a él le gustaba tanto), acudía a su encuentro. Él me alojaba en su pequeña morada, un piso atestado de libros y con poco más€ Al escritor le éramos afines aquellos europeos que lográbamos integrarnos con los musulmanes y sus costumbres. Me comparaba con mi admirado Jean Genet, que todavía vivía (al que yo había conocido fugazmente en Londres, por la calle, con su funambulista Abdellah: enlazados como la hiedra al árbol); y ahora está enterrado en un viejo cementerio de legendarios españoles, en Larache, junto al mar. Paul Bowles (y en eso coincidimos) no era persona muy afín, aunque le admirara como escritor. En el libro que le dedica, Chukri se explaya en su testimonio sobre las vivencias oscuras del escritor y músico en Tánger.

Traductor a árabe de Machado, Aleixandre y García Lorca, Mohamed Chukri amaba nuestra lengua desde niño, pues la aprendió antes que el árabe nativo. La editorial Cabaret Voltaire va publicando toda la obra de Chukri. El más reciente de sus libros es Zoco Chico, crónica de ficción de una ciudad, Tánger. Sus traductoras, Karima Hajjaj y Malika Embarek López, respetan con devoción a este escritor con verdadero pálpito poético y sentido trágico y a la vez picaresco.

Jaouad El Hauo, mi amigo bereber, se parece, me dice, a su abuela y a su madre; es alto, delgado y con una piel receptiva para filtrar el color y la luz de los rayos solares (no sé dónde leí que el bereber, la raza badia, posee el matiz coloreado de paisaje, ese paisaje humano con fondo terrestre, luminoso, deslumbrante, como si siempre estuviera en poniente; misteriosamente orgánico. Él es, el errabundo muchacho es espera de que su sueño de dignidad de vida se cumpla. Jaouad El Hauo y su próximo Mohamed Chukri ocupan el paisaje que está al fondo de mi corazón agradecido y en actividad respecto a todo lo que está al fondo de mi corazón agradecido y en actividad respecto a todo lo que sea y venga de Marruecos.