Convencidos de la necesidad de pergeñar una obra dedicada a los cantaoras/es, bailaoras/es, guitarristas y cupletistas de la Región de Murcia, en nuestra obra Cantes de Cartagena. Los Artistas (1804-2012), 208 años de Historia, decíamos que «reunir y citar a más de doscientos cincuenta artistas en un libro fue una tarea ardua, aunque reconocemos que, pasado el tiempo, las dificultades se allanaron gracias a otras personas que, con sus comentarios, nos prestaron una ayuda incalculable, como fue el caso de don Antonio Piñana Segado, maestro de los cantes de Cartagena». Es cierto que entre tanto artista, finales del XIX y mediados del XX, encontramos algunos que a lo largo de su carrera mantuvieron gran fama, sea el caso del Rojo el Alpargatero, Enrique el de los Vidales, Paco el Herrero, La Peñaranda, Perico Sopas, Antoñito el Porcelana, la Roja de los Dolores, Antonio Grau Dauset, el Fanegas o Guerrita; aunque es cierto que después de los años cincuenta en adelante fueron apareciendo en el panorama artístico una pléyade de cantaores y cantaoras que, quizás más modestos, contribuyeron a mantener en candelero, además de la llama viva del flamenco, los cantes de nuestra tierra. Entre estos últimos artistas encontramos a la niña Carmen Delgado Benítez, ´Niña de Aznalcóllar´, natural de El Llano del Beal, quien comenzó a cantar siendo muy jovencita, compitiendo en dos ocasiones en el concurso de cante del Festival de La Unión; interpretando, en la edición número diecisiete, minera, cartagenera, taranta y Resto de Cantes de Levante, consiguiendo el premio de cantaores locales; y en 1978 fue seleccionada para competir en la final, consiguiendo el premio a cantaores locales en la modalidad de Resto de Cantes de Levante.

Otra cantaora de La Unión es Mari Carmen García Gallardo, que llegó a participar en el Festival de su ciudad en cinco ocasiones. En las correspondientes a los años 1975 y 1980 le concedieron el premio dedicado a los cantaores locales, en la modalidad Resto de Cantes de Levante. En la edición número dieciséis consiguió el premio de cartageneras, para jóvenes; y en 1977 y 1979, no consiguió clasificarse para la final.

Mari Carmen Medina López es otra de las cantaoras nacidas en La Unión, quien siendo muy joven comenzó a competir en el festival de su ciudad natal. Participó en seis ediciones, y sólo en los años 1979 y 1985 le concedieron un accésit en la modalidad Resto de Cantes de Levante, y un premio de mineras en la modalidad de cantaores jóvenes.

María Carmen Alcaraz, natural de La Unión, fue, siendo muy niña, la primera mujer que participó en el Festival del Cante de las Minas, en su primera edición (año 1961), acompañando en el escenario a otra mujer, a Isabel ´La Levantina´. Carmencita también participó en la segunda edición del Festival unionense donde interpretó taranta, cartagenera y minera, quedó clasificada para la final en las dos ocasiones, aunque no llegó a conseguir premio.

Otra joven promesa nacida en La Unión y que fue seleccionada para participar en el Festival, que se celebra en su ciudad, fue Rosario García Gallardo, aunque en esta ocasión, en la edición dieciséis no tuvo suerte, por lo que no pasó a la final. Entre los jóvenes cantaores de La Unión se encuentra Francisco Solano García, ´El Cuco, hijo´, quien se inició en el cante a temprana edad; llegó a participar en el Festival en varias ediciones, siendo su primera actuación en el año sesenta y seis, donde le concedieron un accésit en la modalidad de minera. En el sesenta y siete repitió el premio en la misma modalidad, galardón que se otorgaba en dicha edición a los cantaores jóvenes. Al año siguiente volvió a clasificarse en la modalidad de minera, obteniendo el segundo premio. De este joven cantaor, ese año, Asensio Sáez escribe: «Un niño, ´el Cuco´ —once años de edad y ciento de sabiduría jonda— recibe un premio especial». En las ediciones correspondientes a los años 1970 y 1973 no le acompañó la suerte.

Otro de los cantaores unionenses de los años setenta fue Ángel Cegarra Cruz, ´Conejo III´, hijo del trovero unionense Conejo II. Este joven artista participó en el festival de su ciudad en cuatro ocasiones; durante los años mil novecientos setenta y uno, y 1972, no consiguió premio. En mil novecientos setenta y tres le concedieron el segundo premio en la modalidad Resto de Cantes de Levante. Al año siguiente, en el setenta y cuatro, participa en la primera fase del concurso en el apartado de cartagenera, sin obtener premio.