Con solo cuatro representantes, España logró dos medallas y cuatro diplomas en los pasados Juegos Paralímpicos de Invierno de Pyeongchang. Mejor, casi imposible, sobre todo llegando estos resultados de un país sin tradición en estas modalidades deportivas, aunque con un programa de apoyo a los atletas con discapacidad que es envidiada a nivel mundial. Detrás de esos logros hay varias empresas, una de ellas 'made in Murcia', ElPozo Alimentación, que ayer, en un acto celebrado en el hotel Azarbe, renovó su apuesta por el deporte inclusivo hasta, al menos, Tokio 2020. Para ello, hasta la capital del Segura se desplazaron tres deportistas, los medallistas Miguel Galindo y Jon Santacana, con una dilatada trayectoria, así como el 'novato' Víctor González, quien hace solo tres años, tras sufrir un accidente, le prometió a su madre en la cama del hospital que llegaría a unas olimpiadas, como así ha sido. Junto a ellos, en este acto estuvieron Alberto Jofre, director general del Comité Paralímpico Español, y Rafael Fuertes, director general de la empresa con sede en Alhama, donde los deportistas realizaron una visita y recibieron el calor de los trabajadores de la factoría.

Fuertes calificó de «noviazgo» el idilio que mantiene ElPozo con el deporte paralímpico porque «refleja valores que combinan el trabajo en equipo y la humildad. Con nuestra aportación queremos lograr un efecto llamada para que la sociedad y otras empresas también colaboren. Nosotros pensamos en el largo plazo para que los deportistas puedan cumplir sus sueños», explicó.

Jofre, por su parte, se mostró orgulloso de que «España es el segundo país del mundo donde se conoce más el deporte paralímpico, solo por detrás de Japón y por delante de potencias como Alemania», para hacer énfasis en la figura de los deportistas, porque si «Joan Santacana y Miguel Galindo son capaces de bajar a 120 kilómetros a la hora, qué no podrán hacer en la vida laboral». Estos esquiadores consiguieron en los pasados Juegos la medalla de plata en la prueba de supercombinada y dos cuartos puestos en descenso y en supergigante. De hecho, es la pareja más laureada del deporte paralímpico español, ya que cuentan con un total de nueve preseas en cinco participaciones (Salt Lake City 2002, Turín 2006, Vancouver 2010, Sochi 2014 y Pyeongchang 2018), tres de ellas de oro, cuatro de plata y dos de bronce. «Sin el plan ADOP sería imposible haber llegado hasta aquí», dice Santacana, quien ya está pensando en los mundiales de 2019, y que pese a llevar ya dieciséis años, afirma que sigue «disfrutando como cuando empecé. Ahora me marco otros retos, pero la pasión se mantiene porque cada día hay que mejorar algo», decía el esquiador con discapacidad visual. Su guía, Miguel Galindo, ponía en valor el apoyo económico que reciben para poder seguir practicando el deporte: «Cuando eres más, con 20 años, te puedes plantear no tener una estabilidad económica, pero conforme avanzas los años necesitas un apoyo para poder seguir adelante. De lo contrario sería imposible dedicarnos exclusivamente a esto», decía.

Víctor González, asturiano, tuvo la oportunidad de disputar en Corea del Sur sus primeros Juegos Paralímpicos. Hace solo tres años le diagnosticaron que se quedaría tetrapléjico, pero él no se resignó: «Estoy aún en ese proceso de aprendizaje. Cuando sufrí el accidente le prometí a mi madre que iría a unos Juegos Paralímpicos y lo he conseguido. Lo importante es la actitud que tengas frente al fracaso», comentaba en la rueda de prensa, donde no pudo estar la cuarta representante española en Pyeongchang 2018, Astrid Fina, rider barcelonesa con discapacidad en una pierna a causa de un accidente de tráfico que consiguió un bronce en la prueba de snowboard cross. La catalana, que ayer mismo fue intervenida, envió un mensaje de agradecimiento por el apoyo que estos deportistas reciben y que les permiten cumplir sus sueños.