En lo deportivo hay muy poco que contar ya. El Real Murcia cayó por la mínima hace siete días en Nueva Condomina por pasarse de conservador y ayer, en el choque de vuelta de la primera ronda del play off de ascenso a Segunda, los pupilos de Salmerón mejoraron su imagen reciente, pero no les valió para salir escaldados con un 3-2 del choque de vuelta en el Martínez Valero, un partido que pone de relieve un dato preocupante, ya que en 180 minutos que ha durado la eliminatoria ante el Elche, los granas no han estado nunca por delante, lo que deja bien a las claras que a este equipo le ha gustado jugar con fuego durante toda la temporada, hasta que ayer se quemó.

Y claro, con la competición cerrada para el Murcia a las primeras de cambio y sin poder hablar de fútbol por mucho que se enfade el señor que ha venido a promocionar la marca deportiva Hummel a la Región, los aficionados murcianistas están ahora expectantes a la espera de una decisión que puede cambiar el futuro del club, puesto que el Tribunal de Arbitraje Deportivo se tiene que pronunciar desde Lausana, Suiza, para aclarar de una vez por todas quién es el verdadero propietario de una entidad centenaria que ha dado lugar, entre unos y otros, a que los jugadores lleguen con dos meses pendientes de pago al play off, algo que no tendría que haber pasado nunca. Dos empresarios, el mexicano Mauricio García de la Vega, y el oriolano Víctor Gálvez, el actual presidente, defienden que ambos son los dueños legítimos de la entidad y finalmente será el TAS, con la competición deportiva finalizada, el que arroje ahora un poco de luz a un club que, tras otro intento fallido por el ascenso, ha vuelto a ser decepcionante teniendo en cuenta que la plantilla se confeccionó en verano con jugadores contrastados y tirando de talonario para conseguir a los futbolistas más cotizados.

La primera sorpresa la dio el entrenador grana, ya que sin ser un amante de los grandes cambios, de golpe aparecieron tres caras nuevas en el equipo respecto al choque de hace siete días. El centrocampista Pallardó, el defensa David Mateos y el extremo Elady Zorrilla fueron las novedades de la tarde.

De poco sirvió que el conjunto grana saliera con la idea de mandar sobre el césped, que Salmerón redoblara su apuesta defensiva y tampoco sirvió de nada que las primeras aproximaciones fueras las de los visitantes. Los granas no abrumaban, pero se estaban mostrando como un equipo más entero que el adversario, aunque teniendo en cuenta que ni David Mateos ni Pallardó, prácticamente, se atrevían a pasar del medio campo.

La diferencia y la clave estuvo en que mientras que el Murcia se acercaba solo a saludar, el Elche decidió acercarse para dar un apretón de manos en toda regla. No se había acercado el Elche con verdadero peligro, el Murcia estaba lavando la imagen del choque de ida hasta que metió la pata uno que no suele hacerlo. El portero Biel Ribas le mandó un comprometido balón a Forniés y el lateral, con demasiados rivales alrederor, terminó perdiendo un esférico que se tradujo en el primer tanto deElche, obra de Iván Sánchez en el minuto 13. Javi Flores enseñó el camino a Sory con un pase de tiralíneas y cuando todos esperaban el disparo del delantero, el guineano se dio media vuelta y centró para que la única cara nueva ayer en el Elche respecto al choque de ida, Iván Sánchez, comenzó a poner las cosas muy cuesta arriba.

Con un gol en contra al Murcia tenía que haberle afectado menos porque seguía necesitando marcar dos tantos para darle la vuelta a esta situación. Y llegó el estirón que todos esperaban, sobre todos los seguidores murcianistas. El local Neyder casi se la cuela en propia puerta tras una internada de Orfila (21´), David Mateos de cabeza obligó a lucirse a José Juan acto seguido y, en este impás, es donde por primera vez se vio a un Elche nervioso.

Pero en algún sitio estaba escrito que no iba a ser tampoco el día soñado por los de rojo. Con los franjiverdes sometidos por primera vez en la eliminatoria, los locales le dieron un poco de su medicina a Salmerón y aprovecharon el juego directo para dejarlo todo visto para sentencia. Javi Flores volvió a gozar de privilegios de los que ya disfrutó en Nueva Condomina y desde el vértice del área se inventó un centro de manual tan preciso que Sory solo tuvo que poner la cabeza para el segundo (25´).

Los dos goles en contra, quizá mereciéndolos menos que otras veces, sí fue como un dolor de estómago para un Murcia que, llegados a este punto, perdió el cotrol de sí mismo y durante cinco o diez minutos la historia casi se convierte en una novela de terror. Tocaba aguantar el tipo y era mejor para los granas tirar de improvisación que haber tratado de trazar un plan que podría haber costado caro. Estando así el panorama, lo mejor que le pudo pasar a los granas es lo que ocurrió, que Manolín sacó el brazo a pasear y se lo puso a huevo al árbitro para señalar penalti. Elady lo transformó y un poco de esperanza sí que invadió la zona donde tres mil seguidores granas querían aferrarse a un sueño que más tarde se demostró que era imposible. Marcharse a los vestuarios parecía hasta bueno para ambos.

Los segundos cuarenta y cinco minutos dejaron a un Murcia que volvió al campo con una idea única, la de marcar un gol rápido y pensar que todo era posible. Así, un asedio de diez minutos sobre la portería de José Juan hizo volver a creer a la hinchada con una pequeña opción para el milagro, una oportunidad que por desgracia para el murcianismo apenas tardó en esfumarse.

El plan de Salmerón, si es que lo tenía después de darle la titularidad a un jugador que desde su fichaje no había saltado nunca de inicio al campo como Pallardó, se fue al traste por completo cuando el defensa Molo no tuvo otra ocurrencia que frenar a Provencio de una manera poco ortodoxa y demasiado descarada para alguien con tanta experiencia. Un derribo tan claro dentro del área que el colegiado no tuvo otra que mandar el balón al punto de penalti, donde un ex del UCAM Manolín, lo transformó con un lanazamiento perfecto con la zurda.

Si el 2-1 dejaba un poco de esperanzas solo a los más optimistas, el tercero de los franjiverdes no fue ni tan siquiera un jarro de agua fría, ya que aunque la versión de ayer del Murcia fue mejor que en la ida, la realidad es que el planteamiento ultradefensivo del encuentro de Nueva Condomina, con derrota por la mínima, tenía ya condicionada la eliminatoria.

Tocaba aguantar veinte minutos en los que nadie quería hacer el ridículo y en esto, a pesar de saberse ya casi perdedores, los murcianistas quisieron tener el mínimo de dignidad exigible en estos casos, sobre todo por no dejarle al Elche que montara una fiesta antes de tiempo, y con el 3-1 en el marcador entonces al Elche no le importó dejar que el Murcia se moviera cerca de su área, consciente todo el equipo local, cuerpo técnico y afición de que los granas, con este resultado, necesitaban meter tres goles y que su rival no aumentara la cuenta, algo que se había convertido en un imposible en mayúsculas.

Y claro que, a base de merodear y merodear, por poco acierto que uno tenga, esta vez el Murcia al menos tenía un delantero al que agarrarse, ya que en el choque de ida Salmerón sentó a su referencia ofensiva en lo que fue un error grave. Chrisantus comenzó a regatear jugadores del Elche en el vértice del área, fue ganando metros y, casi sin ángulo, batió por bajo a un portero que hasta se sorprendió por los pocos lanzamientos que habían realizado los murcianistas (77´).

Con los tres cambios realizados por parte del Murcia, el defensa Molo se lesiona el tobillo en el minuto 82 y en lugar de hacerle caso a su técnico y retirarse se queda en el campo casi impedido como jugador más adelantado. Fran Carnicer, que había entrado para tratar de darle luz al ataque, se fue a ocupar un puesto de central en lo último que le faltaba ya por ver a los aficionados. El choque era ya un sinsentido. Ya sobraban hasta los minutos y encima, los brazos caídos de los jugadores transmitían lástima, justo de lo que tiene que huir una entidad que está cerca de convertirse en una especie de juguete roto.