FC Cartagena y Rayo Majadahonda dirimirán el próximo fin de semana cuál de los dos ascenderá directamente, sin pasar por dos tortuosas eliminatorias, a la división de plata. Y ambos lo harán sobre el tapete verde del Cerro del Espino en un duelo que no puede estar más igualado. Más allá del ajustadísimo resultado del partido de ida (2-1), que lo deja todo abierto por ese tanto de los rayistas fuera de casa, ambos conjuntos juegan en un escenario en el que se mueven como pez en el agua. Si los de Alberto Monteagudo llevan dos temporadas siendo uno de los visitantes más incómodos del grupo IV, el Rayo Majadahonda ha sustentado su primer puesto esta campaña en su imbatibilidad en su estadio. De hecho, ha sido el mejor local del grupo I, solo ha perdido dos partidos en casa en toda la temporada, y ambos pertenecen al mes de septiembre.

A los de Antonio Iriondo les costó cogerle el pulso a la competición, y perdieron dos partidos seguidos en casa en las primeras semanas de liga: ante el Coruxo (1-2) y contra el Deportivo Fabril (0-1). Éste último choque fue en la jornada 5, un 17 de septiembre. Desde entonces, nadie ha ganado en el Cerro del Espino.

El Rayo Majadahonda ha finalizado la temporada logrando 43 de sus 70 puntos de local: 13 victorias, 4 empates y 2 derrotas. El último equipo que rascó algún punto en su estadio fue el Guijuelo, a finales del mes de febrero. En la segunda vuelta, los de Antonio Iriondo aprovecharon esa fiabilidad como locales para sobrepasar al Fuenlabrada, que a mediados de campaña parecía el firme aspirante al primer puesto en el grupo I. Sin embargo, en los últimos meses de liga el Rayo ha sido bastante más consistente y aventajó en un punto al Deportivo Fabril (2º clasificado), y al Fuenlabrada, que cayó al tercer puesto del grupo.

Por tanto, el Cartagena se enfrenta prácticamente a una odisea al ver la solidez del Rayo en el Cerro del Espino y su balance de triunfos y derrotas. Cabe recordar que a los de Alberto Monteagudo les vale el empate para retornar a Segunda División seis años después de su último descenso. Incluso la derrota por la mínima, siempre y cuando los albinegros marquen más de dos goles, decantaría la balanza a favor de los cartageneristas.

El conjunto de la ciudad portuaria no contará con el aliento de sus trece mil aficionados en el partido de vuelta, pero a lo largo de la temporada han demostrado que siempre responden sea cuál sea el escenario, y no necesariamente tienen que jugar ante su hinchada para sacar los partidos adelante. Llegaron a dieciseisavos de Copa del Rey ganando la eliminatoria decisiva fuera de casa, en Talavera de la Reina. Y en la competición liguera, las estadísticas también demuestran la solvencia del Cartagena como visitante. Junto al Real Murcia, es el equipo que más puntos ha sumado en la carretera en el grupo IV: 32.

Es cierto que en la segunda vuelta el conjunto dirigido por Alberto Monteagudo ha sido más fiable en casa que fuera, sobre todo por la derrota en La Nueva Condomina ante el Real Murcia y empates inesperados como el de Las Palmas y o el de La Línea de La Concepción. Sin embargo, han ganado nueve partidos como visitantes, más que ningún otro equipo, y solo han perdido cinco. Son datos bastante halagüeños para una categoría como la Segunda B, donde los equipos suelen hacerse fuertes en casa y les cuesta jugar sueltos en otros campos. De hecho, el Cartagena ha sido capaz de asaltar estadios difíciles como el del Extremadura o el del UCAM Murcia, pero cayeron en Marbella y en Melilla.

Esta dinámica no es exclusiva de la temporada 2017-2018. Desde la llegada de Alberto Monteagudo, el manchego ha imprimido un carácter competitivo al equipo que le permite sacar muchos puntos fuera de casa. La temporada pasada la diferencia era aún más palpable, y en algunos tramos el equipo jugaba bastante mejor sin la presión del Cartagonova. El Cartagena tiene muy clara su idea de juego y debe ser capaz de imponerla si no le puede el escenario. En el partido ante La Balona, por el contrario, se vio a los albinegros más temerosos cuando el primer puesto estaba en liza y el Marbella había pinchado el día antes.

Monteagudo ya anunció inmediatamente después de la victoria contra el Rayo Majadahonda de que no saldrían a empatar en el Cerro del Espino: «Si salimos a empatar, perderemos», declaró.

Mirando al curso pasado

Sin ir más lejos, en los play-offs de la temporada pasada el Cartagena no ganó ninguno de sus partidos en casa, y venció en sus dos compromisos como visitante. En la eliminatoria contra el Alcoyano, no pasaron del empate a cero en la ida en el Cartagonova. En la vuelta sacaron su mejor versión en El Collao para doblegar a su oponente con un contundente 0-2. En la eliminatoria siguiente, la segunda en el camino hacia el ascenso, perdieron en casa contra el FC Barcelona B por 1-2. Una vez más, el equipo jugó más suelto en el Miniestadi, donde ganaron por 0-1. Sin embargo, no fue suficiente y el valor doble de los goles fuera de casa les apeó del camino a la Segunda División.

Era un Cartagena más débil y más inconsistente. Esta vez no han fallado ante su público, que abarrotó el Cartagonova ante el equipo de Antonio Iriondo. El 2-1 no es el mejor de los resultados, pero coloca a los albinegros en una posición privilegiada.

El precedente más halagüeño es el de la temporada 2008-2009, cuando el Cartagena de Paco Jémez ganó también por 2-1 al Alcoyano en la eliminatoria directa por el ascenso, y consumó el éxito al empatar a dos en El Collao.

En cuanto al Rayo Majadahonda, no se pueden mirar los antecedentes porque es un equipo que nunca se ha visto en una situación así.

Los madrileños estaban en Tercera hace solo tres temporadas, cuando ascendieron en la 2014-2015. Su bagaje se limita a cinco temporadas en Segunda B y catorce en Tercera. El curso pasado fueron cuartos en liga, pero cayeron a las primeras de cambio contra el Racing de Santander: 1-3 en casa y 3-0 en El Sardinero.