Llegó hace diez meses a Murcia con la alargada sombra de los recientes éxitos de Fotis Katsikaris al frente del UCAM Murcia CB. Pero, a Ibon Navarro (Vitoria, 1976) le apasionan los retos. Su primera temporada a los mandos del equipo universitario se puede resumir en una constante carrera de obstáculos que ha sabido sortear para llegar a la meta peleando con los mejores, en lugar de conformarse con firmar la mejor actuación posible. El entrenador vitoriano ha sido el primero que ha rozado con la yema de los dedos una final europea en los 33 años de vida del club y, además, en uno de los escenarios con más solera del baloncesto en Europa.

La medalla de bronce conseguida en la Final Four de la Champions en Atenas podría ser la base para construir el futuro más inmediato del club porque «desde el conformismo y la comodidad se vive muy bien, pero no creces». Sin embargo, para que Ibon Navarro siga al frente de los 'guerreros' que han enamorado partido a partido a todos los aficionados que acuden al Palacio se deberán despejar primero varias incógnitas al término de la temporada. Una temporada que el vitoriano está convencido en poder prolongar diez días más en los dos próximos partidos que restan al calendario de la Liga Endesa y en los que se medirá al Bilbao Basket -el domingo a las 12.30 horas- y al Movistar Estudiantes en busca de la segunda presencia del UCAM Murcia en unos play offs.

En pretemporada se marcó el objetivo de entrar en la Copa del Rey y en los play off de la Liga Endesa. Quedan dos partidos para cerrar el curso, ¿cómo lo valora hasta ahora?

No es fácil valorar el año a estas alturas porque, precisamente, uno de los objetivos no sabemos si lo vamos a lograr o no. En la línea del discurso ambicioso del club, no sería honesto ahora decir que estamos contentos por estar luchando por entrar en el play off. Desde el principio hemos dicho que el objetivo es entrar entre los ocho primeros, y al margen de si es o no es un objetivo realista o ambicioso, que ese es otro tema de conversación, sigue siendo nuestra meta. Está claro que la valoración final va a ir en función de conseguirlo o no.

¿Sería un golpe quedarse de nuevo a las puertas como ocurrió con la Copa del Rey?

Sería una prolongación de lo que nos ha pasado durante la temporada. Demasiadas veces hemos estado muy cerca de. Hemos estado muy cerca de ganar ocho partidos, de ir a la Copa o de meternos en la final del Final Four de la Champions, y ya veremos si nos quedamos muy cerca o no entramos en los play off. Todavía tenemos dos partidos, pero creo que sería bueno que el equipo consiga igualar el récord de victorias del club, que es 18, y si eso nos da para entrar en play off, perfecto. Si no, será una pena y no podemos decir que es un fracaso ni tampoco valorarlo positivamente, al menos durante los días posteriores al final de temporada.

En caso de que no se consiga el play off, ¿la Final Four sería una recompensa pequeña para el trabajo del equipo?

La Champions, desde el principio, ha sido una competición en la que a nivel de gestión de jugadores, de lesiones y en general de un equipo, ha sido una prueba importante. No voy a decir un problema, pero sí una prueba, porque tener que descartar dos jugadores que incluso se merecían estar porque igual lo necesitaban o estaban en un buen momento, era un problema. Creo que ha sido bueno para la afición vivir un acontecimiento como este, los jugadores han puesto demasiada energía e ilusión en lograr ese título y nos ha costado mantener la línea que llevábamos en liga en las dos o tres semanas antes de la Final Four, que vamos a ver si eso no nos pesa al final. Yo no creo que lo compense, porque siempre el objetivo del club era jugar los play off. Lo otro era algo que podía pasar o no, eran demasiados hándicaps semanales para pensar que esa era la competición en la que teníamos que poner toda nuestra energía. Los play off lo son y aún lo podemos intentar.

¿Y cómo gestionaba que un jugador se tuviera que quedar siempre fuera?

Muy mal, pero eso decía que la Champions, durante toda la temporada, ha sido una dificultad a nivel de gestión de grupo, por tener que descartar jugadores que no quieres. Es verdad que cuando entra Lima en el equipo y sale Marko Lukovic, ya solo hay que descartar uno. Pero siempre tenía que ser un interior, porque teniendo a Antelo y Faverani por detrás a medias, evidentemente tenían que ser Tumba o Delía. En la Final Four, cuando nos encontramos con la situación de que debía ser el mismo descartado para los dos partidos, nos la jugamos a que disputaríamos la final contra Mónaco y descartamos por eso a Delía, no porque fuera peor, sino porque de cara a lo que nos íbamos a encontrar enfrente, nos iba un poquito mejor Tumba. Pero si llega a ser la final contra las los alemanes habría sido otro problema. Ha sido un trago malo porque ninguno se lo merecía, y tanto Delía como Tumba llevaron al equipo adelante durante toda la fase de grupos ellos solos. Por eso dije tras el tercer puesto que nuestro MVP era Marcos Delía, porque sin él no habríamos llegado a las eliminatorias por el título.

Durante el año se ha repetido en muchas ocasiones que son los 'Bad Boys'. ¿Le gusta?

Yo creo que mientras se haga con respeto, ese comentario es bueno. Me gusta que los equipos tengan una identidad, no los que nos transmiten nada, los que no se llega a ver a qué juegan. Este equipo se sabe perfectamente a qué juega y eso es muy bueno. Si eso conlleva que nos llamen los 'Bad Boys de la Huerta', me parece bien siempre sea con un cariz de halago y no acusador. Pero al final hemos visto en las últimas jornadas que hay acciones que si las hacemos nosotros se castigan de una forma y si las hacen otros no. Y esto es lo que me ha molestado. La figura que sufre esto por encima de otros es Sadiel, que hace lo mismo que hacen otros jugadores, pero como no juega donde lo hacen otros, sino que lo hace aquí, es un jugador sucio, pero al final hace lo mismo que los demás.

¿Pero no cree que les ha perjudicado esa imagen? Comenzó como algo gracioso, pero interpretamos que ya no lo es.

Por eso decía que siempre que fuera como descriptivo me parece que es bueno, pero cuando ya se usa como un arma contra el equipo y se dice que estos tíos no hacen baloncesto, que se dedican a pegar, como he escuchado en comentarios por televisión, no creo que sea tan justo. Para empezar, no creo que seamos más duros o menos que otros equipos que tienen las mismas armas que nosotros, vamos, talento físico.

¿Cree que todo eso les ha pasado factura en los arbitrajes?

Es una pregunta complicada porque me cuesta creer que los árbitros no quieran que ganemos. Pero está claro que cuando hay una misma acción que la hace Gustavo Ayón y a la semana siguiente la hace Kevin Tumba, pero para uno es una falta en ataque y para otro una falta en ataque y antideportiva... El criterio cambia de un partido a otro y de un árbitro a otro. Y luego yo sí estoy convencido de que de no somos un equipo simpático. A mí no me importa ser un equipo simpático, lo que me importa es ganar. Y ha llegado un momento en el que es posible que haya alguien que no quiera vernos en los play off. No sé si eso lleva a que suframos algunas decisiones injustas, pero está claro que no somos un equipo al que los rivales quieran ver en las eliminatorias.

¿Le ha sorprendido ver en muchas ocasiones situaciones desfavorables de las que se ha repuesto el equipo?

Yo soy un entrenador muy nervioso y negativo antes de los partidos; siempre estoy poniéndome en lo peor. Pero después del segundo o tercer mes de competición, creo que nunca he estado más tranquilo en mi vida que en esta temporada. Al final no importa quién sea el rival ni como estés de lesiones, porque siempre hemos competido. No ha habido ningún rival desde el inicio que nos haya pasado por encima. El único equipo con el que nos ha costado competir ha sido con el Unicaja Málaga. El resto han sido partidos igualados y es cierto que ante Andorra y el Joventut llegamos al final con ciertos problemas, pero no han pasado en un partido todas las cosas malas que pensaba que podían ocurrir. Con eso te lo digo todo, estoy muy tranquilo porque siempre competimos aunque luego pueda pasar cualquier cosa.

¿Tiene una espina clavada con Marko Lukovic?

Seguramente sí, pero no es la única, porque sí que creo que al final, en esos ocho partido que hemos perdido por una canasta, el entrenador tiene que ayudar un poco más. A nivel general creo que es un jugador que tiene talento, sin embargo, su carácter y energía no pegaban con el resto del equipo. Es como tener a once tíos que van con la cara pintada y te aparece uno con solo gomina en el pelo. No es un mal jugador, pero costaba verle jugar a lo que hacen sus compañeros. Pero sigo diciendo que tiene mucho talento.

Si el dinero no hubiera sido problema, ¿hubiese preferido haber reforzado otra posición?

Yo creo que el hecho de que un jugador como Lima quisiera venir aquí y por lo que quiere venir, no lo puedes dejar pasar. Que un pívot con ese caché, talento y estatus, que está en un millón de dólares anuales, quiera venir a jugar aquí porque siente que es su equipo y está cerca de su familia, no puedes decir no. Está claro que había posiciones que podríamos haber reforzado, sobre todo debido a los problemas físicos que estábamos teniendo, pero en ningún caso con más dinero hubiera sido posible.

¿Cambió mucho su planteamiento inicial al no poder contar un ala-pívot 'abierto'?

Totalmente. No es lo mismo jugar con un '4' abierto y con aleros interiores como podrían haber sido Soko y Sadiel, que cambiar la estructura del equipo. Además, las características de los exteriores nos ayudaban a jugar con un ala-pívot exterior, pero lo hemos tenido que hacer de otra forma. Por ejemplo, esa situación nos ha permitido ver al mejor Ovie Soko, incluso ha sido bueno para que Marcos Delía demuestre su capacidad para jugar como '4' y defender exteriores; ha costado por el juego y por las características de la línea exterior, porque eran buenas para un ala-pívot abierto, pero han sido más problemas que hemos tenido que ir solucionando. Por eso doy mucho valor al esfuerzo de los jugadores para reajustarlo todo un poco en beneficio del equipo.

Un entrenador de ACB dice que en una temporada envejeces dos o tres años, salvo Aíto García Reneses, por quien no pasan los años. ¿Cúanto ha envejecido usted buscando soluciones?

Yo envejecí más en Manresa que aquí, bastante más. Al revés, como entrenador ha sido un reto. Hay muy pocos equipos en la ACB que jueguen sin un '4' abierto. No es fácil, no hay ideas. Ha sido un reto y es algo que me ha quitado el sueño, pero no me ha hecho envejecer. Los que sí me hicieron envejecer fueron los años en Manresa, porque al final luchar por no descender es lo peor que hay.

¿Le preocupa el bajo porcentaje de tiros libres?

Mira, tenemos el porcentaje de tiros de campo dentro de la zona más bajo de la liga. Cuando fichas a un jugador sabes el porcentaje de tiros libres en su carrera y aquí nadie lo tiene dramáticamente más bajo. Si quieres jugadores que defiendan así y que cada vez que reciban un balón en la zona la metan y además tengan un 90% de tiros libres, perfecto, pero ¿cuánto dinero tienes para ficharlos? Ya sabes lo que hay, tienes que pelear y saber que al tiro libre eres poco fiable. Si a las canastas de dos en la zona le restas los mates, nuestro porcentaje es de llorar. Pero tenemos otras cosas muy buenas. El ser humano siempre se acuerda de lo que no tiene, pero no valora lo que tiene, y lo que tenemos son otras cosas muy buenas.

¿Fue malo que reapareciera Antelo en febrero?

Bueno, primero está la eliminatoria contra Tenerife, donde jugó los dos partidos y nos dio 6 minutos muy buenos en la primera parte allí, pero cuando fuimos a Andorra él notó algo, como unas adherencias que le molestaban. Los médicos tomaron la decisión de hacerle un tratamiento y los dolores desaparecieron, pero perdió fuerza de nuevo en el tendón. Tuvimos que pararle porque había que hacer trabajo específico, pero en 12 días ganó un 34% de musculación en el gemelo, lo que nos invitó a pensar que podíamos contar con él. Además, él tenía ganas de jugar en Atenas por muchas cosas, como sentirse jugador, al tener una situación de cara al año que viene en la que tiene que ganarse un contrato y, sobre todo, porque estábamos en la Final Four y quería jugar con su equipo. Justo antes del partido habló con los médicos para asegurarse de que estaba todo bien y la desgracia fue que el tendón se soltó. Hemos tomado un riesgo, no sé si decir demasiado o no, pero lo que está claro es que el más perjudicado de todos es él. Ahora hay que pedirle paciencia e intentar que vuelva a jugar al mejor nivel posible.

Se ha parado a pensar qué hubiera pasado de haber tenido bien a Antelo y Faverani durante toda la temporada?

Eso es como si en los partidos piensas qué habría pasado de haber hecho falta o metido a otro jugador. Que Antelo y Faverani se lesionen no lo elegimos nosotros, pero también quiero pensar que esas cosas malas han generado oportunidades al resto. A Ovie Soko igual no lo hubiéramos visto jugar de '4', o poder ver a Delía ir tanto al '4' como al '5', o a un buen Kevin Tumba. El resultado no ha sido tan malo. No sé si será el que queríamos, pero con los problemas que hemos tenido, hemos dado una respuesta y el resultado no ha sido tan malo. Vamos a ver si al final es bueno.

¿Tan difícil es tener cupos hoy en día en la ACB?

Los mejores cupos que hay en la liga están en el Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga y Gran Canaria, que son los cinco mejores de la liga. Lo que te da ese plus son los nacionales, son los que te hace competir mejor que otros. Llega un momento en el que no hay tantos jugadores porque además se los lleva el Valencia, que ha fichado a Sergi García con 21 años. Con la ausencia de jugadores formados nacionales y preparados para competir al máximo nivel, lo que te queda es inventártelos, como es el caso de Alberto Martín y veremos en el futuro a Mendiola, pero no cabe duda de que es un problema a día de hoy. Por eso fichamos a Brad Oleson, con quien el club hizo un esfuerzo el pasado verano, ya que no había muchas alternativas a pesar de que sabíamos que estaba en el aire que fuera cupo si no se arreglaba el recurso que se presentó, como al final así fue. Pero aun así era obligatorio hacerlo.

¿Ve ahora a la afición aceptando un cambio de filosofía de juego en el futuro?

Yo creo que hay dos aspectos. Uno es ver qué jugadores tienes, porque si mantienes un bloque de seis o siete de este año, eso está inoculado. Que jueguen así no lo he hecho yo, esto se ha ido haciendo. El club ha ido metiendo esta idea en los jugadores. Los entrenadores que han estado antes lo han hecho, y esta temporada ha sido una prolongación, porque no se hace de un año para otro. Pero si el entrenador es del mismo perfil y se mantienen seis jugadores, no tiene por qué cambiar nada. Además, no sería bueno porque el UCAM Murcia se identifica como un equipo duro y rocoso, y la idea del club es seguir por esa línea.

Al inicio de la temporada todo el mundo se acordaba de Katsikaris, pero ahora ya no tanto...

Bueno, ya veremos si no nos acordamos de Fotis de aquí a diez días por el Tenerife. Por ahora vamos 1-1, pero vamos a ver el desempate para quién es. Los entrenadores somo tan buenos o tan malos como los últimos resultados. Si el equipo se mente en play off, todo será fantástico, pero si no lo consigue y encima se mete el Tenerife, pues entonces no seremos tan buenos y habrá que hablar de Fotis con razón, porque no estamos hablando de un entrenador cualquiera.

El club tiene uno de los presupuestos más bajos de la categoría, ¿con lo que hay se puede hacer más o se ha tocado techo?

En otros sitios, con el mismo presupuesto que nosotros, tienen un discurso menos ambicioso y viven mejor. Cuando tu discurso es no sufrir para mantenerte o pelear por entrar en los play off, tu objetivo está logrado. Pero yo no veo a este club cogiendo ese discurso, porque además no sería fiel a sí mismo. El primero que nos transmite la ambición es el presidente. Estamos un poco chalados en este equipo, porque si nos metemos en play off lo que vamos a querer es eliminar al Real Madrid o al que toque; estamos muy chalados. Pero desde el conformismo y la comodidad se vive muy bien y no creces. Lo que sí tengo claro es que puede ser que un año las cosas no vayan bien porque aquí se vive al límite. Hay tantas apuestas en tantas cosas, que siempre se va al límite. El club eligió el pasado verano a un entrenador que venía de descender con el Manresa, fichó jugadores desconocidos y otros que venían de hacer malas temporadas. Todo eso podía volver a ocurrir y si todo eso pasaba, podías descender. El peligro es que un año las cosas te salgan mal, sufras un bajón de rendimiento y te encuentres donde, por presupuesto, te corresponde.

Hablemos de futuro. ¿Le han ofrecido ya la renovación?

Mi relación con el club es muy normal, hablamos todos los días cuatro, cinco o seis veces. Es evidente que me han transmitido que quieren que me quede, pero el club está en un momento de incertidumbre a muchos niveles. Sobre todo, para mí hay algo fundamental, y es ¿Alejandro Gómez y José Miguel Garrido van a seguir aquí? Eso es fundamental, porque si no están ellos, el club es otra cosa, y eso es importantísimo. La segunda es, ¿va a estar aquí el equipo? Al ir tan al límite, un año te puede salir mal, pero la ambición de este club y por lo que está haciendo, requiere que se le dé un empujón. A la vista de las pocas ayudas que hay de las instituciones al equipo, me parece normal que se pueda plantear llevarlo a otros sitios donde la Universidad tiene su presencia y donde los ayuntamientos están como locos y dan dinero para que vaya allí. Nadie quiere que el equipo se vaya de Murcia, pero hay incertidumbre en cuanto a quienes van a gestionar el club y dónde va a estar, y en función de eso, qué presupuesto y potencial vamos a tener.

Pero lo más fácil para un entrenador como usted es buscar otros escenarios después de lo que ha conseguido ya aquí.

Exacto, pero es que yo me he creído el discurso chalado de este club. Si tuviéramos un poco más de ayuda, con el discurso de este equipo, se puede mejorar. Si tuviera más ayuda y capacidad de hacer equipos un poco mejores, no digo que seguro que se conseguirían más cosas, pero las posibilidades de error se reducirían. Es que estamos más cerca de caernos que de ir para arriba, y de la otra forma sería al revés, porque reduciríamos los riesgos.

Bueno, ¿quiere quedarse?

Estoy muy contento en el equipo y en la ciudad, pero no voy a ser el primero que va a saltar al agua. Cuando vea que Alejando y José Miguel siguen al frente del proyecto y qué pasa con las ayudas que puedan venir de fuera para reforzarnos, decidiré, pero a mí me gustaría seguir, no voy a decir que no.