Pocos aficionados del Real Murcia necesitan acudir a la infinita hemeroteca en la que se ha convertido Internet para recordar quién es José Luis Acciari. En la retina de muchos todavía se encuentra el gol al Levante en La Condomina que valió un ascenso a Primera División, su característica garra sobre el césped, su regreso a la capital del Segura en 2012 y el amor a unos colores que no dudó defender en Segunda B tras el descenso administrativo dos años más tarde. 'El Loco', como también se le conoce, volverá a pisar el domingo otra vez, a las 18.30 horas ( BeIN Sports), la que fue su casa durante muchos años. Sin embargo, en esta ocasión, se sentará en el banquillo visitante como segundo entrenador del Elche para encarar el primer asalto al play off de ascenso a Segunda.

Y es que, si le preguntan a los seguidores más fieles del conjunto ilicitano, los recuerdos que guardan del argentino en el Martínez Valero también son similares a los de los aficionados murcianos. Durante cuatro temporadas defendió los colores del Elche tras su cesión por parte del Murcia al Córdoba y en la campaña 2010-2011, con Bordarlás a los mandos, rozó otro ascenso a Primera División en la eliminatoria que se acabó llevando el Granada. En el curso 2011-2012 se marchó cedido al Girona para inmediatamente después regresar al Real Murcia en verano, hasta que hace tres veranos colgó las botas e inició su andadura en los banquillos.

Acciari regresará a una Nueva Condomina de la que se marchó dolido hace exactamente un año. El argentino se sentará como segundo entrenador del equipo ilicitano después de que en mayo de 2017 dimitiese como técnico del Imperial al filtrarse su marcha a falta de una jornada para la conclusión de la Tercera División y tener pactado con el club -entonces presidido por Raúl Moro y con Deseado Flores a a cargo de la parcela deportiva- que esa decisión no se conocería hasta que finalizara ese curso. «La palabra para mí es más importante que un papel firmado. Tengo esos códigos y así es mi forma de ser, por eso he presentado mi dimisión. Se trataba de harcelo al final de temporada con otros términos, pero se dio todo como se dio y no me gustó para nada», aseguró Acciari a este diario y añadió sobre una posible vuelta que «en el fútbol nunca se sabe, pero ya es la segunda o tercera vez que me echan del Murcia».

Una herida con la que el argentino puso fin a su última etapa en el club murciano después de defender la camiseta grana como jugador durante ocho temporadas y media, en las que disputó un total de 254 partidos. Además, también dejó varios goles para el recuerdo como el inolvidable tanto al Levante en junio de 2003 que sirvió para devolver al Murcia a la Primera División después de 14 años. Tras su despedida de la Nueva Condomina, se hizo cargo del filial del Elche y regresó así a una ciudad en la que como jugador estuvo cuatro temporadas (2008-2012). Sin embargo, la convulsa andadura del primer equipo ilicitano hasta alcanzar las eliminatorias de ascenso a Segunda División hicieron que Acciari se pusiera al frente del Elche, junto a Óscar Sánchez, también exjugador grana y exmiembro del cuerpo técnico del Murcia, tras la destitución de Vicente Mir.

Ante el Mallorca, en Son Moix, Acciari dirigió al Elche a pesar de que tuvo que hacerlo desde una cabina en la grada, al arrastrar una sanción del Elche Ilicitano. Con la llegada de Josico al banquillo, la directiva del Elche apostó por el argentino como segundo entrenador para transmitir su característica intensidad con la que vivía los encuentros a la plantilla y se mantuvo con la llegada también de Pacheta, actual entrenador en el Martínez Valero.

No fue una situación nueva para 'El Loco', ya que en 2016 ya vivió una situación parecida en el Real Murcia cuando en la última jornada de liga se decidió prescindir de José Manuel Aira y tomó las riendas del banquillo hasta que el Toledo apartó a los granas de la lucha por el ascenso.