El entrenador del Real Murcia, José María Salmerón, tendrá que aprovechar el partido del domingo ante un Linense que llega a Nueva Condomina en plena lucha encarnizada por la salvación para meter a su equipo en el banco de pruebas por última vez, ya que la semana siguiente arrancarán los play offs de ascenso a Segunda División en los que el conjunto grana tiene asegurada su participación como tercer clasificado, aunque dependiendo de algunos resultados de la última jornada podría incluso encontrarse el premio de terminar como segundo. El único problema es que a diez días de que comience la gran batalla del Real Murcia, la fase de ascenso, el equipo necesita casi de manera urgente recuperar esa intensidad y ese músculo que exhibió en las importantes victorias ante el Cartagena y el Extremadura, otros dos aspirantes al fútbol profesional, ya que en los últimos quince días, en la derrota ante el Betis B y en la victoria a domicilio ante el Lorca, ningún aficionado vio la versión que espera de su equipo para el momento crucial de la temporada.

La única tabla de salvación a la que pueden agarrarse los responsables deportivos, incluyendo a los jugadores, para explicar un poco esta especie de relajación en la que se ha instalado el equipo tras tener el billete para el play off en el bolsillo y tras los triunfos de prestigio ante Cartagena y Extremadura es que las rotaciones, las molestias físicas que arrastran algunos jugadores y el hecho de que tras perder ante el Betis B se esfumaran las pocas opciones que había de terminar como líderes hayan influido de manera inevitable en estas últimas jornadas que el preparador grana debe aprovechar como banco de pruebas para conseguir la mejor puesta a punto de una batalla que, en el mejor de los casos, se decidirá en tres largas eliminatorias a ida y vuelta en lo que puede suponer un mes y medio extra de trabajo y lo que también querría decir que los pupilos de Salmerón habrían conseguido plantarse en la tercera y definitiva ronda por el ascenso.

Aunque es cierto que el conjunto grana necesita volver a enseñar esa fuerza que tanto le gusta a los aficionados, el domingo ante la Balompédica tampoco se podrá ver al teórico equipo de gala que tiene en la cabeza José María Salmerón para cuando llegue el play off, puesto que el extremo Santi Jara y el delantero Pedro Martín, dos fijos en las alineaciones del técnico almeriense, buscaron la quinta tarjeta amarilla en Lorca para descansar ante el Linense dentro de cuatro días y entrar 'limpios' a la fase de ascenso.

El último jugador al que Salmerón tiene entre algodones es al defensa Molo, un jugador que ha aportado mucha solidez en defensa, pero que la primera vuelta que pasó sin jugar en Segunda con el Lorca le está pasando factura en forma de molestias que hacen que todos tengan que tener especial cuidado con un jugador que los aficionados entienden que, estando al cien por cien, es un seguro de vida para la defensa murcianista. Salmerón también tiene mucho interés en el que el defensa David Mateos también se recupere de unas molestias, ya que, si está bien, es intocable para José María Salmerón.