El inolvidable Paco Gento era el futbolista español con más títulos grandes de clubes: 21, doce Ligas, seis Copas de Europa, dos de España y una Intercontinental. Los mismos que alcanzó el sábado el incomparable Iniesta; ocho Ligas, cuatro Copas de Europa, seis de España y tres del mundo.

El manchego es incomparable porque, sin contar torneos inexistentes cuando ´la galerna del Cantábrico´, suma dos Eurocopas y un Mundial. El interior culé y el extremo cántabro, por ese orden, son los futbolistas españoles más laureados.

La pena es que Iniesta nos deja, pero nuestra suerte será la suya si lograra su segundo Mundial en Rusia. Agrandaría su leyenda hasta hacerla inigualable durante demasiados años, me temo. Pero hay algo que lo hace más relevante aún: su inmaculada trayectoria como deportista y profesional del fútbol. El sábado tuvo un detalle en el Wanda Metropolitano que lo califica. Protestó reiteradamente al árbitro una falta no pitada, o un córner, que no quedó claro, circunstancia inhabitual y sorprendente en él, y Gil Manzano, muy buen colegiado, por cierto; le sacó tarjeta amarilla. Inmediatamente, el capitán barcelonista, aprovechando un parón, fue hacia él y le pidió disculpas de un modo tan humilde como ostensible a la vista de todos. El colegiado, que había tratado de que se calmara antes de amonestarlo, se las aceptó con una sonrisa y un gesto de reconocimiento. El mismo que le tienen la inmensa mayoría de aficionados al fútbol allá donde ha jugado porque es un deportista ejemplar para todos, aparte de un futbolista genial. Y me imagino, porque no lo he tratado, que será igual de excelente como persona. Ojalá siguieran su estela cuantos se inician en cualquier deporte y sirviera de referente a los que ahora compiten. El mundo sería un poco mejor porque el deporte, en sentido amplio: los que lo practican y dirigen y quienes lo siguen; es algo que sí nos iguala a todos por encima de colores, nacionalidades, razas, sexos, situaciones personales, ideologías políticas y creencias espirituales. Qué suerte haber disfrutado la trayectoria futbolística del ahora más que nunca don Andrés Iniesta.

Se acabó la Copa del 2018 con un partido espectacular del Barça -¿por qué no en Roma?-; de todos, en especial de Iniesta y Messi, y desde el principio barruntábamos la goleada al Sevilla. Maltrataban el balón y les quemaba a los nerviosos de Montella. Y está a punto la Liga, también de color azulgrana. Otro doblete.

La Copa de Europa hierve y afortunadamente es obligado hablar del club más galardonado. Citábamos a Gento, el futbolista con más galones europeos: seis orejonas; la mitad de las que atesora el club que preside honorariamente para honra mutua. Pero hay un dato que magnifica su logro. Él las ganó en poco más de diez años -cinco seguidas- y el Madrid ha tardado cincuenta largos en lograr sus segundas seis. Y hay una extraordinaria particularidad que lo equipara a los deportistas excepcionales. El eterno once zurdo blanco fue otro ejemplo profesional en todos los sentidos. Otra gloria futbolística y deportiva nacional e ídolo de muchos en nuestra niñez y adolescencia.

El Real visita al Bayern en pocas horas para medirse en la ida de las semifinales al poderoso campeonísimo alemán, en el que militan viejos conocidos propios y rivales de nuestra liga. Heynkes, Robben, James, Javi Martínez, Bernat y Thiago no se lo pondrán fácil. Y menos en Munich, donde juegan y golean casi de memoria. Se enfrentan los dos mejores equipos en competición, aunque Liverpool y Roma, como han demostrado, le pueden hacer un roto a cualquiera.

Zidane deberá hilar fino para evitar un resultado que ponga la vuelta cuesta arriba. Aunque, fiel a sus principios y personalidad, dudo que cambie el planteamiento ambicioso que desarrolla. Y ahí, su columna vertebral: Ramos, Casemiro, Modric y Cristiano, más que nunca, serán fundamentales. Si están a su nivel y los demás acompañan, en especial Keylor, Varane, Carvajal y Marcelo, tendrán mucho ganado. Ahora bien, si dormitan en cualquier momento o les da por jugar al paso, como hacen a menudo, mal asunto. El tanque bávaro equipa cañón grueso y ametralladora ligera, Lewandowski y Müller, que no perdonan despistes.

Esperemos que, además, Kroos, Benzema, e Isco sobre todo, o Lucas o Asensio, estén acertados. La gloria de la treceava, de las tres Champions seguidas y de cuatro en cinco años les espera.

Y a nosotros, si Ronaldo aparece, como acostumbra, más emociones. ¡Suerte!