El Real Murcia se empeña en seguir avivando las brasas en su ya peligrosa relación con la Agencia Tributaria. Pese a los constantes avisos que los granas han recibido en los últimos años por parte de los inspectores de Hacienda, que ya han acudido dos veces al juzgado para solicitar la liquidación de la entidad y que desde verano reúnen documentación para presentar una nueva demanda, los responsables murcianistas no solo hacen oídos sordos a las amenazas sino que además continúan engordando la deuda año tras año.

En 2016, durante la reunión que Guillermo Martínez Abarca, entonces presidente de la entidad, mantuvo con los mandatarios de la AEAT, la consigna fue clara: el club tendría que cumplir con el día a día si quería evitar problemas inmediatos. Sin embargo, un año y medio después la relación de los granas con las administraciones públicas se ha agravado hasta el punto de que al cierre del ejercicio 16-17 la deuda había engordado un millón más, situándose ya en los 16,5 millones de euros, y eso que en diciembre de 2016 aterrizaba en Nueva Condomina un Raúl Moro que, con la ayuda de Miguel Martínez y Deseado Flores, llegaba para solucionar todos los problemas y asumir cada mes como mínimo los pagos a la Seguridad Social.

«Tenemos un plan», explicaban una y otra vez desde el equipo del extremeño, aunque en unas ocasiones la idea era sentarse y negociar y en otras pagar de golpe porque los parches, como explicaba Deseado Flores, no servían de nada. Después de un año entero al frente del Real Murcia, Raúl Moro ha dado la espantada dejando a la entidad en una situación todavía más grave que cuando llegó: ha engordado la deuda total en más de dos millones de euros y ha llevado al límite la relación con la Agencia Tributaria. Y es que, desoyendo los avisos que han ido llegando a Nueva Condomina, no solo no ha pagado sino que su proyecto de gran caché ha elevado los gastos tanto en Seguridad Social como en IRPF. Así queda reflejado en las cuentas anuales del ejercicio 2016-2017, que sorprendentemente no fueron aprobadas en la junta de accionistas por el propio Raúl Moro, cuyo voto lo ejecutó Víctor Gálvez. Además, el consejo de administración permitió que se presentase un balance de pérdidas y ganancias sin acabar al dejar la empresa que lo llevaba a cabo de trabajar para la entidad por los continuos impagos. Tampoco existe la correspondiente auditoría.

En el apartado 15, correspondiente a la situación económica del Real Murcia respecto a las administraciones públicas, se detalla que a 30 de junio de 2016 la deuda del club en ese concepto ascendía a 16.460.641 euros, un millón más que un año antes (15.438.744).

Los impagos han crecido especialmente con la Seguridad Social. Aunque el club lleva varios años sin pagar sus obligaciones, los responsables de la entidad habían rebajado al máximo el presupuesto de la plantilla con sueldos que no superaban los 40.000 euros, sin embargo la política de bajo coste fue finiquitada nada más que Raúl Moro asumió la gestión del Real Murcia, conformando plantillas cuyos salarios son similares a los de los equipos de Segunda División. Ese aumento del gasto en sueldos no significó el pago de las correspondientes cuotas a la Seguridad Social, de ahí que la deuda de la institución centenaria en ese concepto haya aumentado en 649.000 euros de julio de 2016 a julio de 2017 -de 2.243.794 euros se pasa a 2.893.463-. Tampoco se ha hecho frente al IRPF. Esa partida ha crecido en 240.275 euros, según indica también el informe de cuentas del ejercicio 2016-2017. Por su parte, la deudapor el Impuesto sobre el valor añadido (IVA) se ha elevado en 102.897 euros -de 2.092.805 euros a 2.195.702 euros-.

Como el ejercicio está cerrado en junio de 2016, lo normal es que, teniendo en cuenta que el equipo de Raúl Moro ha mantenido su política hasta el final, la situación se agravará notablemente cuando se añadan los datos del segundo semestre de 2017.

El desinterés del equipo del extremeño en sentarse a negociar con Hacienda y solucionar un problema que a día de hoy impediría al Real Murcia ascender a Segunda también ha provocado que los embargos vuelvan a Nueva Condomina. Ahora mismo, tal y como se confirma en el informe de cuentas, «la AEAT tiene embargados derechos de cobro sobre créditos financieros y comerciales correspondientes a empresas del grupo, entidades deportivas y resto de clientes por ventas y prestación de servicios». Por ello, lo recaudado en la taquilla del partido de Copa del Rey frente al Barcelona fue a parar directamente a las arcas de la Agencia Tributaria.