¿Cómo entró el deporte en su vida?

Empecé a correr gracias a una prueba escolar que se disputaba en Jumilla. Me apunté sin saber a dónde iba, porque pensaba que era una prueba de bicicletas.

¿Cómo se le dio esa carrera?

Era la novata y gané. A partir de ahí me invitaron a hacer el regional escolar y el club de atletismo de Jumilla me animó a apuntarme a los entrenamientos.

Y llegó a ser una atleta destacada.

Sí, en las categorías menores hacía combinadas y velocidad. Estuve en muchos Campeonatos de España, logrando puestos de finalista, y en categoría promesa alcancé una medalla.

¿Se le daba todo bien y por eso hacía combinadas?

Me adaptaba fácilmente a cualquier prueba y mi entrenador me apuntaba a todo lo que quería. Era una todoterreno y de hecho también hice la liga de cross hasta júnior. Después me especialicé en 400 metros vallas.

Y ahora sigue en activo con el UCAM Cartagena.

Sí, continúo en activo. Solo dejé el atletismo en los momentos de embarazo y después de dar a luz, siempre he vuelto a competir, aunque a otro nivel. Bueno, después del primer embarazo volví con mucha fuerza porque conseguí algo que no muchas murcianas han logrado, como fue ser medallista en un Campeonato de España absoluto. Fui bronce en 400 vallas y campeona de España universitaria.

Vamos, que se puede volver al deporte de élite después de la maternidad.

Se puede pero se necesita mucho apoyo para poder combinar trabajo, maternidad y entrenamientos. Si logras sacar un poco de tiempo con la gente que tienes alrededor, se puede después de la maternidad.

¿Notó que su cuerpo cambió después de la maternidad, que no podía dar el mismo rendimiento?

No, era solo cuestión de tiempo volver a coger la forma. Tras estar nueve meses parada y el tiempo que pasé sin poder entrenar por el bebé, no noté ningún cambio. Más que a nivel físico es a nivel de tiempo el cambio para entrenar y descansar, porque por las noches no puedes dormir diez horas como un deportista de élite.

¿En su época competían muchas mujeres?

Comparado con ahora había muy poquitas. Además, cuando llegábamos a categoría júnior, muchas chicas abandonaban por los estudios, y como en el atletismo, desafortunadamente, no tenemos apenas ayudas, no hay motivaciones extras para dedicarle más a los entrenamientos. Para mí eran importantes tanto el deporte como los estudios, pero para otras chicas no, y por eso se dan muchos abandonos a esas edades. La mujer, además, también experimenta una serie de cambios hormonales que afectan un poco más que a los hombres.

Pero usted tiró para adelante.

Recuerdo que entonces me decían que lo que debía hacer era centrarme en estudiar, pero yo respondía que los entrenamientos no los iba a dejar, que iba a combinar las dos cosas como pudiera.

¿Y qué le motiva ahora a competir?

Porque es algo que tengo en mi vida desde pequeña. Mi motivación es seguir superándome y con 33 años que tengo y dos hijos criados, tengo más vitalidad que cuando era estudiante. Ahora tengo mucha experiencia, muy claro lo que quiero y el problema es que no tengo la disponibilidad de tiempo y el descanso que se requiere. Estoy despegando un poco porque el pequeño tiene 4 años y no depende tanto de mí. Creo que puedo dar alguna sorpresa, que me queda algún cartucho que quemar.

Es que usted fue madre joven. Es raro ver a una mujer actualmente con dos hijos a los 33 años.

A los 24 años tuve al primer hijo. Terminé la carrera, el Master, leí la tesis y fui madre. En la época que a lo mejor más debería haberme dedicado al entrenamiento, decidí la otra vía y no me arrepiento de la decisión porque ahora tengo dos hijos como dos soles. Ahora me veo joven y con vitalidad para poder despegar un poquito.

Pero diariamente usted no para.

Sí, soy profesora de educación física en el colegio concertado San Francisco de Asís y también entrenadora, llevo varios grupos de jóvenes.

¿De dónde saca el tiempo?

Mira, al final del día llego a casa reventada y duermo a pierna suelta. Me faltan horas porque trabajo, entreno y por las tardes siempre tengo grupos. Hay dos días que llego a casa a las diez y media de la noche.

¿Y qué pasa que ahora hay tantas chicas que hacen atletismo en la Región?

Gozamos de muy buena salud. Hemos tenido dos equipos en Primera División y en categorías menores están saliendo muchas chicas. Predicar con el ejemplo da sus frutos. La Federación cuenta ahora mismo con un incremento bestial de licencias federativas de chicas, por lo que algo bueno se estará haciendo.

¿Ahora el reto es captar a mujeres de 40 años que no pudieron hacer deporte en su juventud?

Cuando sigamos avanzando y dentro de unos años celebremos nuestra Carrera de la Mujer, veremos que aún se incrementará más la participación. En otras épocas no estaba bien visto que la mujer hiciera deporte y se pensaba que su cuerpo solo estaba preparado para ser madre. Esas generaciones no tuvieron la posibilidad en su juventud y ahora las podemos enganchar. Veo mujeres que hacen deporte que nunca hubiera pensado que se iban a calzar unas zapatillas.

El 15 de abril se volverá a disputa la Carrera de la Mujer. ¿Por qué son necesarias aún estas pruebas?

Me dicen que hacemos una carrera para fomentar el deporte femenino pero no hay hombres, por lo que no hay igualdad. ¿Pero es que hay igualdad de condiciones hoy en día en todos los aspectos? No. Tenemos que hacer algo para reivindicarlo y una de ellas es la Carrera de la Mujer. En mi puesto de trabajo no hay discriminación, pero coincido con muchas amigas y mujeres que no tienen esas condiciones. Por eso hay que hacer este tipo de actividades, para que nos demos cuenta de que todos somos iguales, que no hay un deporte para mujeres y hombres como no hay trabajos para mujeres y hombres.