ElPozo cosechó un empate (3-3) frente al Inter en el 'clásico' del fútbol sala nacional, un encuentro donde la escuadra murciana se jugaba mucho y sólo pudo cumplir a medias. Y es que los de Duda llegaban a la cita con la obligación de mejorar en su juego para dar una alegría a sus aficionados y, además, con la necesidad de sumar los tres puntos para no perder la segunda plaza de la liga. Consiguieron únicamente lo primero pues tutearon al cuadro interista, desplegaron arrojo y competitividad sobre la pista pero, sin embargo, no lograron llevarse el choque ante un equipo al que todavía no ha podido vencer esta temporada. Así, la sensación es agridulce.

El encuentro arrancó de la peor manera posible para los intereses de ElPozo pues no se había cumplido ni medio minuto cuando el Inter se adelantaba en el choque al transformar Gadeia una falta al borde del área. Le tocaba remar y recomponer el partido a un cuadro local que estaba apoyado en las gradas por unas siete mil almas. Los visitantes se mostraron más cómodos con el esférico en unos primeros compases en los que Ricardinho arrancó los aplausos con varias acciones de muchos quilates. El astro portugués es un regalo para el fútbol sala.

Duda cambió su quinteto inicial al completo y le salió bien la jugada pues Andresito, instantes después de pisar el parqué, llevaba la igualada al luminoso al deshacerse de su par en banda derecha y fusilar a Herrero con un tremendo disparo a la escuadra. Se igualó el marcador y la posesión y ElPozo, que hasta entonces iba a rachas en su juego, comenzó a atacar con constancia, cocinando las jugadas a fuego lento.

Así, mientras los locales apostaban por la circulación de balón y la calma en las jugadas, el Inter se mostraba más incisivo y atacaba la meta contraria cuando encontraba el más mínimo resquicio. Duda pidió tiempo muerto viendo que a sus pupilos les faltaba definición y, poco después, llegó el gol de ElPozo, obra de Andresito nuevamente.

La remontada daba alas a la escuadra murciana pero los de Velasco se revolvieron y dieron el balón a Ricardinho para que el astro portugués tomara la batuta del choque. El 10 del Inter, que destila magia en cada acción, decidió que era su momento y cumplió al llevar la igualada al choque con un disparo raso poco antes de que los jugadores tomaran el camino a vestuarios.

En el segundo acto se olvidaron las posesiones largas y ambos equipos se volvieron más verticales. Quizás se echó en falta un juego más elaborado y complejo pero, en ningún momento, éste atravesó el portal de lo sencillo. Aunque no había grandes ocasiones, sí estaba la sensación de que el gol podía llegar en cualquier momento. El choque pasó a la fase ya habitual de protestas y faltas pero ningún equipo pareció descentrarse.

Restando diez minutos para la conclusión, un error de Pito propició que Gadeia se marchara solo y batiese a Fabio con un disparo por alto. El jarro de agua fría, sin embargo, casi ni rozó la piel de los locales pues, dos minutos después, Matteus lograba empatar tras una jugada atropellada. El tramo final fue de los que sirven para abonarse a este juego y rendirle pleitesía. Con los dos equipos con cinco faltas y volcados sobre la meta contraria, se sucedieron las oportunidades pero la efectividad negó la cara a ambos conjuntos y el encuentro murió con el empate. Un resultado que a ElPozo le vale para mostrar que no está lejos del gran favorito, aunque ese triunfo moral no haya logrado ser completo.