Mauricio García de la Vega no puede acceder a Nueva Condomina desde la pasada semana. El consejo de administración del Real Murcia, presidido por Miguel Martínez y manejado por Deseado Flores, le impidió la entrada a la instalación municipal después de la guerra abierta por Raúl Moro por apartar al inversor del control del club grana. Sin embargo, las zancadilla que está recibiendo el mexicano por parte de los que hace solo dos meses eran sus aliados en su llegada a la capital del Segura no han llevado al representante FIFA a bajar los brazos.

De hecho, en los últimos días ha seguido trabajando en silencio para poner fin a una crisis que tiene al murcianismo en vilo. Uno de los movimientos más destacados por parte de De la Vega ha consistido en reunirse con representantes de la empresa Gálvez Brothers, una sociedad instalada en Orihuela y que saltaba hace unos días a los titulares al abonar una de las nóminas que se le adeudan a la plantilla.

El empresario mexicano, que no está dispuesto a hacer la maleta, al considerar que después de ejecutar la opción de compra el paquete accionarial de Raúl Moro ya está en sus manos, no quiere que se siga alargando una situación que lo único que hace es perjudicar la imagen del Real Murcia, por ello ha decidido coger el toro por los cuernos y sentarse en una mesa con representantes de la compañía instalada en Alicante. Según ha podido saber esta redacción, ambas partes han expresado sus posturas, y De la Vega, que ha agradecido el paso dado por Gálvez Brothers en el pago de una mensualidad a la plantilla, les ha hecho saber que está dispuesto a abonarles la cantidad que han puesto en el club a cambio de que despejen el camino. Todo con el fin de que el club grana pueda volver a la normalidad.

Los representantes de la firma, que desde un primer momento explicaron que no tenían "una motivación mercantil", se han comprometido a estudiar la propuesta presentada por De la Vega, por lo que de aceptar, el mexicano daría un paso al frente para recuperar el control que ha perdido después de que Deseado Flores, al verse fuera del club, diese un 'golpe de estado' y secuestrara una entidad que en los últimos quince días está completamente paralizada.

La aparición de la empresa dedicada a fondos de inversión contribuía a agrandar más todas las dudas que rodean al Real Murcia. El primero en hablar de esta sociedad fue Raúl Moro, quien en una rueda de prensa en la plaza del estadio Nueva Condomina afirmaba que llegaban al club para asumir la gestión. El jueves, en otra vuelta de tuerca, Gálvez Brothers emitía un comunicado en el que afirmaba que habían abonado una nómina para ayudar, pero que su intención no era quedarse con el control de la entidad murcianista. Si eso fue el jueves, este mismo lunes el caso volvía a dar un nuevo giro. En otro comunicado, la empresa instalada en Orihuela decía que había acudido al Consejo Superior de Deportes para solicitar el traspaso de las acciones que pertenecen a Raúl Moro. Esas mismas acciones son las que De la Vega, asesorado por el despacho Ruiz Huerta&Crespo, defiende que están en sus manos desde que el 7 de marzo ejecutara la opción de compra incluida en el contrato de cesión que firmó en el mes de diciembre con el anterior presidente. El mexicano solo está pendiente que el CSD dé el visto bueno a la operación que le convertiría en el propietario del Real Murcia.