Es muy raro ver a un entrenador en un cargo como el que detenta Alberto Monteagudo tantos y tantos meses, sin que no hayan voces discordantes que crean que haya que tomar decisiones contundentes cuando las cosas se tuercen. El último tropiezo del FC Cartagena este pasado domingo a domicilio ante Las Palmas Atlético (1-1), ha vuelto a abrir la 'Caja de Pandora' y hasta el mismo director general de la entidad, Manolo Sánchez Breis, salía en las redes sociales pidiendo unidad entre afición, equipo y técnicos para lograr el bien común. «Muchos creéis que ayudáis con vuestras críticas, respetables todas. Tremendo error. No os dais cuenta del flaco favor que hacéis al equipo. No pido golpecitos en la espalda. Pido vuestro apoyo en el Cartagonova. Y si puede ser fuera de casa también», decía el dirigente albinegro en Twitter hace un par de días.

Lo cierto es que Alberto Monteagudo se ha vuelto a colocar en el punto de mira. Dos empates consecutivos y una leve distancia del primer clasificado han sido más que suficiente para que salgan a relucir sus defectos.

La afición, como no puede ser de otra manera, anda enfadada con la situación, pero sobre todo con la imagen ofrecida en Las Palmas, el empate en el último instante ante el Granada B hace dos semanas o la derrota hace cuatro ante el Marbella con el liderato en juego.

Las soluciones o alternativas, como tampoco puede ser de otra forma, varían tanto como la opinión de cada seguidor que acude al campo para ver a su equipo.

Así, Miguel Ángel Muñoz, presidente de las Peñas del FC Cartagena, explica que «a falta de ocho jornadas para la conclusión de la temporada es difícil tomar la decisión de destituir a un entrenador, y menos aún cuando el equipo camina segundo, pero desde la entidad se deberían tomar ciertas medidas».

¿Qué medidas?, pues Pencho Angosto, expresidente de este colectivo, indicaba, por su parte, que «considero que lo mejor es cerrar filas desde el club, pero hay que tener mucho cuidado con las formas, porque se puede volver en contra. Creo que el FC Cartagena debe dar un tirón de orejas al entrenador y jugadores, y no pequeño, pero eso se debe hacer en privado».

Javier Solano, abonado del club albinegro, tampoco ve en la destitución del preparador la mejor solución ahora. «Personalmente, no sé que quiere la gente. Somos el octavo presupuesto de la Segunda B y creo que vamos casi toda la temporada primeros. La sensación de la gente es que tenemos más coche (equipo) que piloto (entrenador) y no les saca el rendimiento que pueden dar. Yo soy 'proMonteagudo', pero en Las Palmas fue incomprensible que sacara a Aguilar de central, o que alinease a Kuki Zalazar, si no es por cláusula obligatoria de partidos, en un campo pequeño y con césped artificial».

La crítica de otros seguidores es incluso más contundente. «Si por mí fuera, yo habría echado ya a Monteagudo», esgrime con suma claridad Miguel Carrascosa. «Parece que él lo hace bien y que la afición es la culpable de que él no sepa plantear bien los partidos. Creo que Monteagudo no vale para un equipo que quiere ser campeón y con aspiraciones de subir», subraya Miguel, conocido entre los aficionados como 'El Pirata'.

«Hay que respetar a los seguidores que piden el cese de Monteagudo», añade, por su parte, Miguel Ángel Muñoz, «pues pagan su abono y su opinión es respetable. ¿Cómo no van a salir los aficionados cabreados del Cartagonova después de ver la mala imagen de los últimos partidos? A mí, personalmente, no me gusta nada lo que estoy viendo esta segunda vuelta».

Malos datos en casa y poco juego

«Estoy totalmente de acuerdo con los aficionados que muestran su malestar con respecto al entrenador», indica, por su parte, Pencho Angosto. «Nadie duda de su implicación, pero los resultados de la segunda vuelta están ahí. Como ejemplo he de decir que de los catorce partidos en casa esta temporada hemos ganado siete. ¿Cómo no van a salir los aficionados cabreados con el equipo y más después de ver la mala imagen que se está dando? Este malestar actual no ayuda a conseguir el objetivo, pero desde luego quien no tiene la culpa de este malestar o malas sensaciones somos los aficionados», acaba diciendo Angosto.

«La gente se queja de que saca equipos muy conservadores, que busca amarrar, sin encajar y que Aketxe haga alguna de las dos o tres que tenga. Al equipo se le ve apático, sin frescura y no hay automatismos de juego creados. En la época de Juan Ignacio jugaban de memoria y ahora lo hacen por su calidad, pero no por estar trabajados», explica con claridad meridiana Javier Solano.