«Mientras tenga un 1% de posibilidades tendré un 99% de fe», eso fue lo que escribió Neymar la pasada temporada antes de que el FC Barcelona remontase en el Camp Nou un 4-0 al que hoy es su equipo, el PSG. Ayer, horas antes de que el el UCAM CB Murcia escribiera una nueva página de su historia en Europa, Augusto Lima publicó la misma frase en su cuenta de Twitter. Y ambos jugadores terminaron festejando el pase a cuartos de la Champions League con sus equipos en sus respectivas modalidades. Cierto es que la distancia que el equipo universitario debía levantar -necesitaba ganar por más de cinco puntos para pasar de ronda- no era una locura. Pero la atmósfera no acompañaba.

El UCAM dejó tirado a las primeras de cambio (72-83) al vigente campeón del torneo europeo, el Iberostar Tenerife, y lo hizo en su casa. En una pista donde nunca había logrado vencer en la Liga ACB en sus últimas siete visitas y ante el entrenador que el pasado año, Fotis Katsikaris, consiguió que el club murciano alcanzase su segunda presencia consecutiva en Europa para después marcharse en verano. Demasiadas veces se había cebado la crueldad con el UCAM en esta temporada con numerosos finales apretados en los que siempre salió cruz y la no clasificación para la Copa del Rey pese a finalizar entre los ocho primeros de la Liga Endesa el primer tramo de la competición. Anoche el equipo murciano se ganó accdió con un sobresaliente a la sala de los ocho mejores equipos de la Champions y luchará por un puesto en la 'Final Four' ante el Pinar Karsiyaka turco de Scott Wood, equipo al que ya se midió en la fase de grupos. Aunque, lo mejor de todo, fueron las sensaciones que la plantilla que dirige Ibon Navarro, entrenador del UCAM, dejó sobre el parqué. El conjunto universitario cuajó un partido que rozó la excelencia y de nuevo superó obstáculos que aparecieron sobre la marcha como los de una pantalla de Super Mario Bros. Después de 'mimar' a Clevin Hannah durante toda la semana tras sufrir una enlongación en el aductor en el duelo de ida ante el Iberostar Tenerife, el base se marchó al banquillo a los cinco minutos de partido haciendo gestos evidentes de que no regresaría más a la pista y más tarde, en el tercer cuarto, Sadiel Rojas apenas pudo entrar en juego al contar con cuatro faltas en su casillero. Dos ausencias importantes para los tintes que adquirió el encuentro con un ritmo frenético y con más espacios para jugar a campo abierto de lo que acostumbraban hasta ahora ambos equipos tanto en Europa como en la Liga ACB.

Pero una de las cosas que ha dejado claro Ibon Navarro durante sus meses en Murcia es que le gusta tenerlo todo bajo control e intentar adelantarse a los acontecimientos. Por eso apostó por Kevin Tumba en la convocatoria, en lugar de Marcos Delía, para complementar a Augusto Lima en la pintura y el hispanobrasileño respondió con creces al firmar 10 puntos, 9 rebotes y 3 tapones que cortocircuitaron a Tobey, máximo peligro en la pintura del Iberostar Tenerife. Con Hannah fuera de juego, Urtasun -que acabó con 14 puntos y 6 asistencias- tuvo que tomar las riendas del juego como ya hiciera el pasado domingo en la victoria ante el San Pablo Burgos y, como en ocasiones no hay mal que por bien no venga, el jugador vitoriano se convirtió en el cerebro de grupo de guerreros que solo tenía en mente frenar los avances del enemigo y anotar en la canasta contraria.

En ese escuadrón fue Brad Oleson -con 20 puntos- quien sacó a relucir todas las condecoraciones de su chaqueta después de varios meses pasando de puntillas por el juego ofensivo del UCAM. Anoche, el escolta norteamericano se quitó el polvo de la chaqueta para anotar cinco triples consecutivos en la primera mitad que espolearon a los de Ibon Navarro desde el inicio. Pero es que, también, fue una auténtica pesadilla en defensa para los locales. El UCAM llevó al límite al equipo de Fotis Katsikaris desde el inicio y eso provocó que en la mayoría de los cuartos su rival se metiese en bonus demasiado pronto cargando de faltas a jugadores importanes como Abromaitis. Lima, con dos acciones en el poste bajo y un tapón, cerró el primer cuarto para un UCAM Murcia muy acertado en el lanzamiento exterior (18-15), pero fue en el segundo periodo cuando el cuadro murciano dejó claro que había ido a Tenerife a por la eliminatoria. Antelo y Charlon Kloof fueron los artífices del primer impulso del equipo de Ibon Navarro y los universitarios comenzaron a creer en la remontada al alcanzar los cinco puntos de ventaja (30-35). Sin embargo, el primer mazazo de la machada llegó antes del descanso cuando Ovie Soko, en la última jugada del primer tiempo, realizó un tapón para después anotar un triple casi imposible desde el centro de la pista que dio una renta de siete puntos al descanso (33-40).

El sueño comenzó a hacerse realidad cuando el Iberostar Tenerife se vio incapaz de devolverle los golpes al UCAM. Los intentos de Ponitka y Tobey por dentro no eran suficientes y fue entonces cuando Ibon Navarro apostó por un quinteto formado por Urtasun, Benite y Kloof en pista que lanzó al equipo hasta los diez de ventaja cuando no pudo contar con Sadiel Rojas (46-56). El corazón de Kloof se complentó con la sangre fría de Urtasun y a cinco minutos del UCAM seguía conservando la renta de los diez puntos. Empezó a tocar el cielo con las dos manos, pero la ambición que ha caracterizado al equipo murciano desde que arrancó la temporada no tiene techo. Dobló la renta mínima que necesitaba, descorchó el champagne, le dedicó el triunfo al lesionado Alberto Martín y puso a secar el mono de trabajo para visitar el domingo al Morabanc Andorra en la ACB (72-83).