Miguel Martínez y Deseado Flores han tomado el control del Real Murcia por la fuerza. Ambos, han aprovechado su fortaleza dentro de un consejo de administración que sigue dominado por Raúl Moro, para dar un paso más en un escenario que cada vez es más esperpéntico. Ante el conflicto que se ha abierto entre Mauricio García de la Vega, que dice tener el control accionarial después de ejecutar la opción de compra incluida en el contrato de cesión firmado en diciembre, y el exmandatario murcianista, que ha vuelto a la escena después de dar la espantanda dejando al club en una situación crítica y con numerosos pagos por afrontar, el consejo de administración ha decidido dar una especie de golpe de estado y erigirse como líderes de la gestión de la entidad, salvaguardando los intereses del club, según han dejado entrever.

A través de la página web del Real Murcia, el consejo no ha emitido ninguna nota oficial que confirme la reunión de los consejeros en la que se tomó la decisión de prohibir la entrada a Mauricio García de la Vega. Lo único que se conoce es que el empresario mexicano ha visto acudido a las instalaciones del estadio murciano a realizar el trabajo que viene llevando a cabo desde enero y se ha encontrado con que no le han dejado acceder. Ante esa situación, el gestor murcianista ha llamado a un notario para que dé fe de lo sucedido y a partir de ahora tomará medidas legales contra Miguel Martínez y Deseado Flores, a los que consideran como los grandes responsables de todo lo que está sucediendo y que está dejando al Real Murcia en entredicho día tras día.

Miguel Martínez, presidente del Real Murcia después de la dimisión de Raúl Moro, ha explicado en la Cadena Ser que la decisión de prohibir la entrada a Mauricio García de la Vega se ha tomado de manera consensuada por el consejo de administración, y que dicha medida también afecta a Raúl Moro. Sin embargo, esto último sería una verdad a medias, ya que el cacereño, al tener una silla de consejero, sí puede acudir a cualquier reunión del órgano de control. De hecho, Moro, pese a dimitir y de desaparecer de la escena para no asumir todas las obligaciones de pago que ha asumido el club en el último año y que han agravado notablemente la situación económica de la entidad, tiene el control absoluto del consejo de administración gracias a la presencia de Deseado Flores y Miguel Martínez, colaboradores del extremeño desde que llegó al Real Murcia. El órgano lo completan José Gabriel Torregrosa y Juan Merino, éste último amigo personal del expresidente y que hasta el momento no ha aparecido por Nueva Condomina.

Ha sido el consejo, tal y como ha afirmado Miguel Martínez, el que ha tomado la decisión de impedir la entrada de Mauricio García de la Vega hasta que se aclare quién es de verdad el propietario del Real Murcia, sin embargo personas del entorno del empresario mexicano indican que los líderes de una medida que bien se podría calificar de secuestro son el que ahora es presidente en funciones y Deseado Flores. Según fuentes cercanas al club, el albaceteño, que se sabe fuera de la entidad si el representante centroamericano sigue al frente de la gestión, ha decidido dar los últimos coletazos y morir matando, de ahí que en las últimas semanas lleve trabajando para complicar la vida al empresario que él mismo apoyó a su llegada en diciembre. Además, añaden, animó a Raúl Moro a volver a la escena nada más conocer que García de la Vega había hecho frente a la opción de compra del paquete accionarial que le convertirían en propietario del Real Murcia. Ese comunicado se hizo oficial el miércoles 7 de marzo, y esa misma noche, presionado por el nuevo 'jefe' grana, el albaceteño se veía obligado a dimitir como consejero delegado, sin embargo se agarró a la silla de consejero, una decisión que es la que le está permitiendo ganar la partida.

Miguel Martínez y Deseado Flores, como las personas con más fuerza dentro del consejo, dan así un paso más para frenar el trabajo de Mauricio García de la Vega. El representante mexicano, que prefiere guardar silencio y está trabajando con sus abogados para tomar medidas legales contra el murciano y el albaceteño, reitera que es el máximo accionista del club después de ejecutar la opción de compra. Su abogado explicaba ayer a esta redacción que "el proceso está acabado". "Todo está muy claro, lo dicen los papeles", indicaba, dejando claro que "Mauricio García de la Vega es el dueño del Real Murcia".