Entre el 10 de diciembre del pasado año y el cuatro de marzo del presente, el futbolista extremeño José Gaspar ha tenido tiempo para hacerse a la idea de que ésta no iba a ser una buena temporada. De hecho, antes, quizá a partir de la décima jornada -con la llegada de Claudio al banquillo del Hércules- empezara a intuir que lo iba a tener difícil esta campaña. Y así fue. En la primera vuelta de la competición en las filas de uno de los grandes de la categoría, el centrocampista disputó diez encuentros como titular aunque solo acabó uno completo y su protagonismo fue decreciendo, hasta el punto que la falta de confianza del preparador y el hecho de que cayera lesionado le abrieron las puertas para su marcha.

El Cartagena confió en que Gaspar no estaba de vuelta y que tenía opciones para hacerse un hueco en este equipo. Pero apostar por un jugador que llega con problemas físicos y que tarda más de un mes en debutar desde que se convierte en nuevo futbolista del club es un riesgo que puede conllevar las críticas de la afición y la posibilidad de convertirse en un fiasco.

Monteagudo necesitaba tirar de Gaspar cuanto antes y ha tenido toda la paciencia que en estas fechas no se suele tener para que el cacereño recupera las sensaciones físicas y anímicas para regresar. Eso sí, el entrenador lo colocó en un apuro cuando lo hizo debutar hace dos jornadas en un campo casi imposible de jugar y en el que Gaspar apenas ofreció el mínimo destello de su fútbol. El preparador indicó a continuación que le quería en el campo para que se rodara, cogiera ritmo de partidos y llegara al siguiente compromiso, ante el Granada B, con cierta confianza. Gaspar asomó la cabeza tras la puerta y ofreció una imagen distinta por completo al de la jornada anterior.

Buen debut en casa

El jugador fue de lo mejor de su equipo en la primera parte, gozó de una clara ocasión de gol y tomó decisiones importantes y puso pausa y juego cuando debía. Acertó en casi todas sus decisiones y por momentos daba la sensación de que en un solo partido había dado un salto cualitativo y cuantitativo si lo comparamos con otros jugadores que ahora mismo están en el equipo como el propio Dani Abalo o incluso que Owusu, ahora lesionado.

Es más que probable que José Gaspar, si las lesiones no le vuelven a jugar una mala pasada, se las tenga que ver con el propio Owusu para disputarse un puesto en una de las bandas. El ghanés ha jugado muchos minutos desde que llegara al equipo albinegro (siete partidos, cinco de ellos como titular), aunque no ha terminado de convencer a nadie, al faltarle la regularidad que le convertiría en uno de los inamovibles en el once. Tiene velocidad y desborde, aunque se difumina durante mucho tiempo en los encuentros y, aunque nadie duda de su calidad, eso le hace ser tan irregular como unos cuantos más que militan en este equipo.

Para el entrenador la aportación de Hugo Rodríguez en la banda derecha sigue siendo imprescindible. La última jornada el futbolista natural de Jerez de la Frontera cayó a banda izquierda mientras que Gaspar ocupó el carril derecho. En la segunda parte y con la marcha de Gaspar, Hugo volvía de nuevo a la derecha mientras que Cristo Martín se desenvolvía por el otro lado.

Gaspar viene para quedarse y así parece que ha demostrado en las últimas dos semanas. Tiene ante sí el reto de demostrar que está a tiempo de solucionar una temporada mala y, de paso, ayudar a su equipo a recuperar el tiempo perdido y el liderato.