Raúl Moro Martín ha decidido salir del segundo plano por el que optó en el mes de diciembre, cuando llegó a un acuerdo con Mauricio García de la Vega para que éste último se encargase de la gestión del Real Murcia. El extremeño, después de que el empresario mexicano emitiese un comunicado la pasada semana en el que afirmaba que había ejecutado una cláusula del contrato de cesión para convertirse en el máximo accionista de la entidad, no está dispuesto a quedarse fuera de juego y este mediodía, mediante una nota enviada a los medios, ha informado de que "he revocado el poder que se expidió en favor del señor De la Vega, poder que estaba supeditado al cumplimiento del contrato que lo incluía". El documento añade que "en vista del incumplimiento de dicho contrato me veo en la obligación de revocar dicho poder así como de emprender las acciones que considere necesarias para la defensa de mis derechos como los intereses del Real Murcia CF".

Además de mandar un mensaje de tranquilidad a los aficionados, jugadores, empleados y abonados, Raúl Moro dará mañana una rueda de prensa en la que intentará explicar cuál es ahora mismo la situación de un club sobre el que han colocado grandes nubarrones. Si el principal problema hasta el momento era el económico, la guerra de poder propiciada por el equipo de Raúl Moro, que en noviembre se vio obligado a buscar un nuevo inversor ante su incapacidad para hacer frente a todos los pagos a los que se habían comprometido, dejan en una situación todavía más que complicada a un club que está en la diana de la Agencia Tributaria y de los acreedores, y que encima tiene a sus futbolistas y a sus empleados con varias nóminas pendientes.