El Marbella asaltó el Cartagonova y se llevó los tres puntos en casa del que hasta ayer era el primer clasificado del Grupo IV. Un gol de un exalbinegro, Indiano, en el minuto 30 de partido, le bastó a los marbellíes para marcharse con el botín y arrebatar esa posición en la que el FC Cartagena se había acomodado a lo largo de las últimas doce jornadas ligueras.

El conjunto cartagenerista ofreció luces y sombras en un partido en el que no cabía otra que ganar y marcar distancia, no solo con el segundo clasificado sino con el resto de rivales, ya que algunos de sus perseguidores habían pinchado en esta jornada y tres puntos suponían un salto de calidad en la carrera por acabar primero.

Sin embargo, al equipo dirigido por Alberto Monteagudo le faltó tirar de personalidad, ofrecer la imagen de un líder sólido, que no se arruga para ganar ante ninguno de los oponentes que tenga enfrente y menos ante un Marbella que acechaba desde hace varias jornadas la posición para embestir cuando llegara el momento.

Los albinegros, independientemente de la actuación del colegiado Varón Aceitón, tan criticada como exasperante, se dejaron llevar, acomodados en una primera parte que tiraron por la borda porque les faltó tensión, pasión, temperamento y carácter, algo que se le presupone a un equipo que ha permanecido en la primera posición hasta catorce jornadas esta temporada.

Una actitud displicente fue aprovechada por un Marbella que si bien no supo o no pudo hacer más, lo poco que hizo fue marcar el gol y aguantar el resultado. Se le podrá criticar la actitud al conjunto de Fernando Estévez, pero sabía que jugar ante el primero no es sencillo y cuando vio abierta la ventana, escapó sin mirar atrás.

Eso sí, el Marbella trajo trabajado su libreto. Presión en la salida del balón, estrangular el centro del campo y ofrecer apoyos sin balón. Los malagueños estuvieron en la primera parte más rápidos en los duelos individuales y más contundentes en defensa. El Cartagena estaba desarmado y no sabía por donde hacerle daño a Wilfred.

El primero en actuar fue Marcos en el minuto 18, al detener con la bota un disparo cruzado de Corpas, un tanto escorado a la derecha.

Owusu volvía a ofrecer una imagen pobre. El albinegro no tiene tensión, le falta confianza y no tiene llegada. A veces parece que deambula por el campo como si con él no fuera la cosa y un jugador de su calidad no se puede permitir estar perdiendo el tiempo en un equipo que aspira a todo. El jugador cedido por el Leganés ha tenido una única actuación notable en su periplo por el Cartagena y tarde o temprano acabará perdiendo la titularidad con su comportamiento. Fue protagonista en el 24 con disparo a la media vuelta que se marchó alto.

Pero el gol llegó para el Marbella cuando Indiano colocó lejos de Marcos, pegado a su poste derecho, un libre directo tras una mano de Moisés en el borde del área.

El Cartagena no reaccionó. Cristo Martín tampoco estaba en su mejor día, pero a falta de tres minutos para el final de la primera parte, en una contra puso un balón al centro del área al que no llegó Rubén Cruz ni tampoco Owusu, éste porque fue agarrado por el defensor que le tira de la camiseta para evitar su remate. Ni el árbitro ni el asistente vieron la acción y la afición empezó a calentarse con la arrogancia del árbitro balear, que en pequeñas decisiones encolerizaba por momentos a la nutrida grada cartagenerista.

El Marbella había hecho en estos primeros cuarenta y cinco minutos todo lo que sabía o podía y ahora había tomado la decisión de que era el momento de atrincherarse alrededor de su portero y aguantar el chaparrón que le podría caer.

El Cartagena no tenía otra que salir adelante, a por el empate y tuvo una actitud muy diferente en el segundo tiempo. En el minuto 52 la primera fue de Owusu, que recibía en el centro del área grande un balón servido desde la derecha, pero disparó flojo y mal porque no encaró portería con determinación.

Hugo Rodríguez lo intentó con un libre directo dos minutos más tarde, pero el esférico se marchó alto y Rubén Cruz lo intentó con un remate alto tras botarse una falta.

El Cartagena se presentaba con más frecuencia en las inmediaciones del área de Wilfred y al Marbella le daba igual qué sucediera de medio campo hacia adelante, porque no tenía la más mínima intención de salir de su caparazón.

A falta de un cuarto de hora para el final del encuentro, el colegiado señaló fuera de juego en un testarazo de Moisés que acabó entrando a portería. El defensa se había adelantado a la zaga visitante en un saque de falta y aunque su cabezazo fue perfecto, el asistente le pilló.

Indiano protagonizó el único remate de los marbellíes en el segundo tiempo con un disparo fuera del área y a media vuelta que detuvo Marcos con dificultad.

El Cartagena estaba volcado en el área rival y Monteagudo había sacado a toda su artillería. Fortalecía el medio campo con Diego Benito y sustituía a Cristo y a Owusu, mientras que Aketxe y Abalo entraban en los últimos 25 minutos.

A seis minutos para el final se produjo otra polémica acción, quizá la más clara del partido. En una falta botada desde la izquierda, Aketxe toca el balón al área y tras una serie de rebotes Moisés toca a portería. Un defensor obstaculiza la trayectoria del esférico con el brazo, pero la jugada sigue y Rubén Cruz introduce el balón con el puño al fondo de las mallas. El colegiado no se entera de nada de lo que ocurre. Solo ve el balón dentro de portería y se marcha al centro del campo. Cuando se dirige allí el asistente le advierte de la ilegalidad de Rubén Cruz y se forma una tangana tremenda entre unos que reclaman el penalti anterior y otros que exigen la anulación del tanto por mano. La conclusión es que Varón Aceitón anula el gol, pero no concede penalti y Monteagudo acaba expulsado por sus protestas.

De nada sirvió el enfado de los jugadores ni los gritos de la afición. El trencilla balear lo tenía ya claro -unos segundos antes no fue así- y decretó falta a favor del Marbella.

El cabreo por la falta no señalada acabó mascullándola un equipo que si bien mereció más en la segunda parte, no fue el Cartagena que esperaban sus aficionados y el que necesitaba un triunfo para afrontar este último tramo final de la competición con la seguridad y la confianza que da un triunfo así. No toca otra, por tanto, que levantar el vuelo cuanto antes.