La sorpresa volvió a saltar ayer en Cobatillas cuando el Real Murcia inició su entrenamiento matutino con una cara nueva. Lo que parecía que iba a ser una jornada de trabajo más, fijada en un principio a puerta cerrada tras el empate del pasado domingo ante el Mérida, acabó desvelando la posibilidad de que el conjunto grana tenga la opción de completar en los próximos días la única sénior que tiene vacía en su plantilla. Y es que el extremo Cedric Mabwati, quien firmó en enero de 2017 por el UCAM CF en Segunda División y se encontraba hasta ahora sin equipo tras sufrir una grave lesión de rodilla a las pocas semanas de incoporarse al conjunto universitario, completó la sesión como un jugador más a las órdenes de José María Salmerón, el entrenador grana.

La llegada del extremo le podría dotar de mayor repertorio a los planes del técnico almeriense para la faceta ofensiva. No obstante, su fichaje no será una tarea fácil. Y es que el Atlético Baleares, del grupo III de Segunda B, también seguía la pista del exjugador del Numancia y del Betis -entre otros- para reforzar su plantel de cara a la segunda vuelta del campeonato una vez que ya se había cerrado el mercado de fichajes. Sin embargo, unos problemas burocráticos impidieron que Cedric firmase por el cuadro balear.

El mismo motivo por los que el Real Murcia no pudo cerrar el fichaje del delantero mexicano Othoniel Arce, quien entrenó durante unos días a prueba con la plantilla murcianista hace unas semanas, y el joven lateral costarricense Carlos Martínez, quien ante el impediento con el papeleo ni siquiera se ha llegado a desplazar durante este tiempo a la capital del Segura.

El equipo murciano tiene bien asegurada esa posición con Jordan Domínguez, Xiscu Martínez, Elady, Santi Jara, Carlos Martínez e incluso Pedro Martín aunque, en caso de poder incorporar al futbolista congoleño, que cuenta con la nacionalidad española, el Murcia contaría con mayor potencial ofensivo por los costados y capacidad de desborde si Cedric. de 26 años, logra alcanzar su mejor versión en los tres meses que restan para que finalice el campeonato regular de Segunda División B.

La pasada temporada recaló en el UCAM Murcia durante el mercado invernal y llegó a disputar cuatro partidos con el equipo universitario en Segunda División. Sin embargo, la mala suerte se cruzó en su camino al sufrir una grave lesión ya que a mediados de marzo se rompió el ligamento cruzado anterior de una de sus rodillas. Se formó en las categorías inferiores del Atlético de Madrid, pero fue en el Numancia cuando empezó a despuntar muy joven en Segunda División. Eso le permitió dar el salto a Primera tras firmar por el Betis pero, tras dejar buenas sensaciones en su primer año en Sevilla, el conjunto verdiblanco acabó descendiendo a la categoría de plata en 2014 y se marchó al Osasuna. Después de pasar por el equipo navarro se marchó a Estados Unidos hasta que volvió a España de la mano del UCAM con la mala suerte de sufrir esa grave lesión en su primera etapa en la capital del Segura.