Uno de los muchos partidos que está investigando la Policía Nacional en una macrooperación que ayer salió a la luz pública al llevarse a cabo casi treinta detenciones en distintos puntos de la geografía nacional se disputó la pasada campaña entre el Imperial Real Murcia y el Águilas.

Según algunas fuentes, el choque hizo que surgieran algunas sospechas por lo que sucedió en el primer cuarto de hora. Antes de llegar al minuto 15, los murcianistas, entrenados por José Luis Acciari, ya ganaban por 3-0.

Juan Pablo García, presidente del Águilas FC, en aquel momento dejó claro que desde el club se investigaría para saber si había existido algo raro que hubiese podido influir en el resultado final. Al parecer, según se publicó en aquellas fechas, algunos jugadores costeros podrían haber apostado a que su equipo encajaba tres goles en los primeros quince minutos e incluso dentro de la directiva del Águilas se llegó a hablar de que algunos de los implicados podrían haber recibido entre 50.000 y 60.000 euros cada uno. Entre los futbolistas que formaban parte del once costero no se encontraba ni Xavi, ahora detenido, ni Emilio, que ayer quedaba en libertad tras pasar por comisaría. El primero estaba lesionado y el segundo, sancionado.

El portero de los visitantes en aquel partido era Javier Soto, que tras el encuentro abandonaba el club, aunque la directiva se limitó a señalar que esa marcha no tenía que ver con las sospechas. Soto milita ahora en la plantilla del Pulpileño. c. m.