ElPozo Murcia se ha llevado la victoria frente al FC Bacelona por 3-1 en un magnífico encuentro que ha sido un enorme homenaje al fútbol sala, que volvía al Palacio tras más de un mes de parón por el europeo. Los de Duda, casi al completo salvo por la baja de Miguelín, llegaban con la motivación extra de poder asaltar el segundo puesto de la tabla, donde lo separaban tan solo tres puntos, y cumplieron con su deber ante un rival que tuvo la oportunidad de matarlo pero, al no hacerlo, dejó que la escuadra murciana pudiera levantarse y hacer lo que los visitantes no lograron.

La actitud del equipo, cuestión directamente ligada al sacrificio, fue notable. Y el acierto, la fiabilidad o la inspiración -quédense con lo que quieran-, también acompañó. Así, conjugando ambos aspectos, lograron una victoria en la que hubo que sufrir mucho en un Palacio casi lleno que se engalanó como en las mejores citas.

El primer tiempo fue de color azulgrana. Los pupilos de Andreu Plaza saltaron a la pista del Palacio con ímpetu y ganas de calibrar a su rival y, cuando vieron que ElPozo seguían en el banquillo pese a estar en movimiento el balón, iniciaron un asedio sobre la meta de Fede pocas veces visto en Murcia. Los de Duda se vieron sobrepasados por el Barça, que llegaba con claridad y solo la falta de puntería le impidió desatascar un marcador que seguiría con el 0-0 clavado cuando los jugadores tomaron el camino de vestuarios. La imprecisión en el pase y los errores defensivos fueron demasiados, ofreciendo en bandeja al cuadro catalán multitud de ocasiones de hacer daño. Y lo hizo, de hecho los disparos a puerta doblaban los que había hecho la escuadra murciana cuando finalizó el primer tiempo, pero la efectividad fue nula. Matteus salvó un gol cantado sobre la misma línea, Ferrao tuvo un lanzamiento al palo y Rivillos desaprovechó un mano a mano con Fede, el jugador más destacado de los locales en el primer periodo, un dato bastante significativo. Solo son algunos ejemplos de las oportunidades de que disfrutaron los visitantes. ElPozo pareció salir de su letargo en los minutos finales, cuando tras sufrir lo indecible, decidió que él también sabía atacar y hacer daño. Llegaron entonces hasta cuatro ocasiones consecutivas de los de la capital del Segura, incluyendo un disparo al palo de Álex, jugador referencia en ataque junto a Pito. Pero la fortuna, que no se había aliado con los de Plaza, tampoco lo hizo con los de Duda y la suerte del encuentro se dejó para el último periodo.

El segundo acto arrancaría con ElPozo encerrado en su campo y con una increíble doble intervención de Fede para salvar a los suyos. Entonces los locales dieron un paso al frente igualando las fuerzas, haciendo que el partido dejara de tener un dueño claro, y las posibilidades de los resultados se multiplicaron. Ya podía marcar cualquiera. Y el que lo hizo fue ElPozo tras un disparo cruzado de Andresito en el que el balón pasó entre un bosque de pierna para acabar alojándose en el fondo de las mallas. El golpe a la moral del contrario era devastador. El Barça era quien más lo había intentado pero sin conseguir premio alguno y, cuando su rival decidió que ya era su turno, conseguía el tanto. El Palacio vibró, los decibelios aumentaron y el calor de los aficionados alimentó las ganas de decidir el choque por parte de los pupilos de Duda. Después llegó el gol de Pito tras una brillante jugada colectiva y el público se entregó al éxtasis de la celebración pero ésta fue efímera pues Andreu Plaza sacó a Dyego de portero jugador e instantes después Joselito redujo distancias.

Restando menos de cinco minutos para la conclusión el Barça, atacando en superioridad, se plantó en el campo contrario con la intención de quedarse a vivir allí. ElPozo aguantó y, ya en los últimos segundos, marcó por medio de Álex, llevando el choque a su fin con el mejor sabor de boca posible y sabiendo que esta noche dormirán con solo un equipo por encima de ellos en la tabla.