Aunque cualquiera de los más de 6.500 accionistas con los que cuenta la entidad podría acudir hoy mismo al Registro Mercantil y socilitar la celebración de la junta general, los socios granas también disponen de dos asociaciones que agrupan a muchos de ellos y que en la últimas temporadas no han dudado en movilizarse para poder asistir a una cita que, hasta su fallecimiento en diciembre de 2015, siempre había estado encabezada por Jesús Samper, anterior propietario del club. Conforme se agravaba la situación económica y crecían las críticas hacia el dueño, tanto la Federación de Peñas Murcianistas como la Asociación de Accionistas Minoritarios trabajaban para defender los intereses de la entidad ante un propietario que, se quejaban, no respondía ni en lo económico ni en lo deportivo. De juntas generales prácticamente desiertas se pasó a citas en las que el antepalco de Nueva Condomina se quedaba pequeño. Los primeros en sumar apoyos para poder estar en primera fila fueron los integrantes de la Asociación de Accionistas Minoritarios, presidida por Pablo Baeza. Posteriormente, muchos peñistas también quisieron asistir, por lo que la FEPEMUR, controlada por Miguel Martínez, sumó acciones para lograr el porcentaje necesario para estar presentes. El fallecimiento de Jesús Samper y la llegada de Abarca no cambió los planes y las juntas se siguieron celebrando como exige la ley. El 28 de diciembre de 2016, el abogado murciano abandonaba la presidencia después de aprobar las cuentas del ejercicio 2015-2016. Con Raúl Moro, primero como gestor y ahora como dueño, el Real Murcia ha dejado de cumplir con la normativa, de hecho, a día 16 de febrero todavía no se ha celebrado la junta que debería haberse convocado en diciembre. Pese a que el consejo se está saltando tanto lo establecido en la Ley de Sociedades de Capital como en los estatutos del club, de momento ni la Asociación de Accionistas Minoritarios ni la FEPEMUR han expresado públicamente su disconformidad por la actuación del consejo murcianista.