«No ha sido nuestro mejor partido, pero sí el más completo desde que yo estoy aquí. Es verdad que nos falta un poco de confianza cuando tenemos el balón en nuestro poder, pero nos falta quitarnos esa ansiedad de que este equipo salta al campo con la obligación prácticamente de tener que conseguir los tres puntos». Así de satisfecho se mostró ayer José María Salmerón, el entrenador del Real Murcia y la persona que, además de conseguir la reacción del equipo tras su llegada al banquillo, también tiene claro que «en el momento que tengamos a los veinte jugadores disponibles vamos a ser mucho más fuertes y vamos a mejorar todavía más, lo que se une a las buenas sensaciones que me transmite el equipo, ya que transmite confianza».

La ausencia más destacada en el once titular fue la del defensa David Mateos, quien llamó más la atención al no estar ni tan siquiera en la convocatoria. Salmerón explicó en la rueda de prensa posterior al partido que el madrileño notó unas molestias el sábado y que «era preferible no arriesgar». «No se trata de ninguna lesión importante, pero no hemos querido arriesgar con algo que puede complicarse de no llevar cuidado», comentó el jefe del banquillo murcianista cuando fue preguntado sobre la ausencia de uno de los jugadores que, estando en condiciones, tiene un puesto garantizado para el preparador almeriense.

En el partido de ayer ante el Villanovense, el elemento diferenciador respecto a otros partidos fue la actuación de los dos laterales, un Pedro Orfila y un David Forniés que se convirtieron en dos jugadores más de ataque para la plantilla murcianista, no solo porque marcaran los goles, sino porque el mayor peligro llegó con las internadas y los centros laterales de estos dos futbolistas. «Nosotros siempre trabajamos y nos organizamos sobre el campo para que nuestros laterales tengan completa libertad para ayudar en ataque, pero no quiere decir que no podamos mejorar otras cosas, ya que en las segundas jugadas por ejemplo, el Villanovense nos ha ganado muchos duelos. Nosotros sin embargo hemos sido bajo mi punto de vista superiores en el juego con el balón y también al final en el resultado. Que el marcador se ponga a favor pronto también te permite cierto alivio a la hora de tomar decisiones», explicó el técnico murcianista un día en el que era importante conseguir una victoria que deja a los granas, como mínimo una semana, como cuartos clasificados ocupando la última plaza que permite disputar el play off de ascenso, un objetivo que por ahora está bien, aunque la plantilla del Murcia está confeccionada desde el verano para tratar de luchar por la primera plaza del Grupo IV, la que permite jugarse el ascenso a Segunda ante el campeón de otro grupo en una eliminatoria entre campeones.

La otra cara de la moneda fue Iván Ania, el exfutbolista que en la temporada 2006-2007 militó en las filas del Lorca Deportiva con una larga trayectoria en el fútbol profesional y que ayer regresaba a la Región dirigiendo el banquillo de un Villanovense que el curso pasado fue el equipo revelación, disputando el play off, y con Manolo Sanlúcar como técnico, quien como grana apenas aguantó siete jornadas.

«No puedo realizar ninguna valoración del encuentro que no sea negativa, ya que nuestra idea era no irnos de vacío de la Nueva Condomina. Cuando te enfrentas al Real Murcia y no eres más intenso que ellos, lo normal es que pierdas. Creíamos incluso que con el 1-0 en el marcador seguíamos teniendo opciones de conseguir el empate, pero el segundo tanto de ellos fue el que terminó sentenciando el partido».

El entrenador ovetense, quien estuvo siete temporadas en el Real Oviedo como jugador llegando a lucir el brazalete de capitán en Primera División, lleva una carrera como entrenador mucho más corta, ya que ha llegado a Villanueva de la Serena tras dos temporadas dirigiendo al Caudal Deportivo.