El Cartagena sufrió un revés en casa al no ser capaz de ganar al Mérida en el encuentro disputado en el Cartagonova. El equipo albinegro fue superior al rival, pero su dominio no se reflejó tanto en las opciones para haberse puesto por delante. El conjunto extremeño propuso un ordenadísimo sistema defensivo que no se saltó ni un solo segundo, lo que originó un continuo quebradero de cabeza para los locales cuando tocaba buscar los huecos por donde meter el balón.

Los albinegros lo intentaron con más ahínco en el primer tiempo, pero fueron apagándose ante la incapacidad de ver portería, por lo que sus últimas acciones fueron desesperados balones al área para que algún delantero cazara una y la mandase para adentro. No fue así, lo que supone que a pesar de conservar el liderato por el empate del Marbella, los albinegros aprietan aún más si cabe la clasificación con este único punto salvado, y Extremadura y Real Murcia andan a la caza de los dos primeros.

Si algo dejó claro el Mérida casi desde el pitido inicial es que su objetivo debía ser impedir que el encuentro tuviera continuidad. Iba a dejar el balón al conjunto albinegero, pero tratando siempre de que no se convirtiera en un monólogo del bloque cartagenero. Eso supuso que cada acción a balón parado se convirtiera en una odisea a la hora de jugar el esférico. Faltas, saques desde la línea de fondo o interrupciones por cualquier dolencia de uno u otro jugador visitante irritaban cada vez más a los aficionados locales, que veían claramente en la actitud del Mérida la intención de acortar el tiempo de juego lo máximo posible.

El equipo emeritense no ofreció ni un mínimo atisbo de vocación ofensiva. Sus ataques, escasos, apenas tenían duración y peligro, porque andaban más preocupados en defender bien que en buscarle las cosquillas a los locales.

El Cartagena lo intentó por las dos bandas, aunque Owusu no estuvo tan activo como en otras ocasiones y los centros de Ramírez desde la derecha no anaban demasiado finos. El que sí estaba en todos lados era Cristo Martín, que ofreció un recital en la primera parte de colocación, verticalidad, movilidad del esférico y personalidad. Cuajó una de sus mejores intervenciones, aunque lo cierto es que el resto del equipo no acabó de acompañarlo.

No obstante, los de Monteagudo lo intentaron con más o menos acierto y es verdad que tuvieron sus ocasiones, no claras, eso sí, pero llegaron a la meta defendida por Felipe Ramos. El primero que lo intentó fue Jesús Álvaro con un disparo al borde del área pequeña que interrumpió un defensor tras un buen pase de Rubén Cruz. En el minuto 13 era el propio Rubén Cruz quien probó con un chut desde fuera del área a media vuelta que se marchó algo desviado. En el minuto 20 una gran acción entre Cristo y Álvaro la culminaba el segundo con un disparo algo forzado que detuvo Ramos.

Dos acciones más mencionables antes del descanso. Primero Hugo Rodríguez desde el lateral izquierdo saca un córner que estuvo a punto de convertirse en gol olímpico, pero el meta, muy atento, sacó con los dedos a línea de fondo. En el minuto 38 era Zabaco el que peinaba una falta botada desde la derecha y de nuevo Ramos con la manopla, mandaba a córner.

El Cartagena dominaba sin excesivas dificultades, pero se encontraba con un Mérida bien posicionado atrás, que dejaba pocos espacios y limitaba los pases verticales de Cordero o Chavero por el interior.

Pero el problema se hizo aún más grave en la segunda parte en la que el Mérida juntó un poco más sus líneas, metió más hombres atrás con los cambios. El equipo de Monteagudo convertía el juego en un frontón, con golpeo continuado de la pelota pero sin hacer demasiado daño a la defensa emeritense.

Lo intentó Chavero desde la frontal con un chut que se marchó desviado y Rubén Cruz con un balón llovido y casi sin fuerza que trató de colocar en una escuadra.

El conjunto de Lorenzo Morón no quería dejar desguarnecida nunca su portería, por lo que los ataques eran bastante escasos. En el minuto 50, en una contra motivada por una falta de entenimiento de Jesús Álvaro y Cordero para controlar el balón, éste le llega a Kiu y el coreano le cedía a Germán que encaró algo escorado y con un disparo muy cruzado desbarató la oportunidad de gol del equipo visitante. Había sido la única, pero una oportunidad clara para haber dado el susto a los locales.

Luego llegó un remate de cabeza de Cristo Martín en el minuto 64 de partido, la segunda acción a balón parado que fue capaz de rematar un jugador albinegro a pesar de la enorme cantidad de acciones en las que el esférico era centrado al área por una y otra banda. El centrocampista mandó el balón ajustado y a Ramos se le escurrió, pero para suerte suya se marchó a línea de fondo.

Todavía tuvo tiempo el Mérida de poner en aprietos a Marcos en el minuto 74 con un disparo cruzado de Villa que, si bien no fue una acción clara de gol, sí que puso en sobreaviso a los locales porque a un cuarto de hora para el final todo se veía de otro color.

Monteagudo propuso a dos puntas con la entrada de Aketxe durante un tramo de la segunda parte, aunque posteriormente quitó a Rubén Cruz para que Moussa tuviera su oportunidad. Pero parecía tener el ataque ayer el día gafado. Owusu fue sustituido por su nula aportación ofensiva, mientras que Hugo Rodríguez no conseguía llegar bien al partido tras la lesión, y Rubén Cruz había perdido el olfato goleador del último encuentro en casa.

Abalo sorprendía a todos con un centro chut que a punto estuvo de colarse en la portería del Mérida aunque su portero, muy atento, lo evitó en el minuto 82 del encuentro.

El Cartagena dominó y fue el único equipo que propuso algo de fútbol y de ocasiones en este encuentro, pero tal y como le sucedía hace una semana ante el Villanovense no estuvo fino en ataque y al final su falta de acierto le volvía a pasar factura.

El conjunto cartagenerista sigue líder con un punto de ventaja respecto al Marbella, aunque los triunfos del Extremadura y del Real Murcia hacen que los cuatro primeros clasificados estén en cinco puntos de diferencia y que el Melilla, que es quinto, se encuentre a siete de la cabeza de la tabla.